Palpito Digital

José Muñoz Clares

NO ES LA PIEL DE TORO, SON LAS UBRES DE LA VACA

Tras un primer Islam obcecado que exterminaba a los infieles por mandato del que llamaban “el profeta” –ni ha habido ni puede haber más, decían-, pasaron sus fieles y belicosos creyentes a esclavizar a los cristianos convirtiéndolos en mercancía directamente explotable y, también, vendible. La evolución natural del mercado, mucho antes de que el trujamán Carlos Marx se autoproclamara gurú y supremo intérprete del misterio plusvalía, suscitó en los islámicos una idea mucho más productiva: conquistados y sometidos los infieles, el verdadero negocio está en su catalogación como ahl ad-dhimmah (gente del pacto) o dhimmis, entendidos como grado menor del error: judíos y cristianos comparten libros con el recién llegado Islam, aunque no todos, mientras el resto de creyentes no creen más que en basura animista e inmundicias supersticiosas, lo que exige su muerte inmediata (11S, 11M, Ramblas, Bataclán) para que no sigan contaminando el mundo con sus mentiras. La preservación y cría industrial de dhimmis, errados pero menos, aseguraba recursos casi infinitos al califato universal y cósmico al que aspiraban y aspiran. Tal como expone Tom Holland en Milenio (Ático de los libros, Barcelona 2008) al cabo entendieron algo tan sencillo como que “era más provechoso esquilar a un rebaño de ovejas que pasarlas a todas a cuchillllo”(p. 130).

Invadida y sometida la Hispania romana por bereberes recién conversos, acometieron los reinos cristianos la tarea de empujar a los invasores al mar –hablemos de empujaquista por que nos entiendan ratas, kichipijos, bildutarras y golpistas de barretina-, a la vez que en Europa se consolidaban los estados que hoy forman la UE. Otón I, rey de Francia oriental (francos), primer titular del Sacro Imperio Romano Germánico, coronado Rex et sacerdos en Aquisgrán en el año 936, envió un embajador a la corte del gran líder musulmán en Hispania, que le espetó lo siguiente:
“¿Por qué vuestro rey no concentra el poder en sus propias manos? ¿Por qué permite que sus súbditos tengan esa parte de poder? Reparte las diversas regiones de su Imperio entre ellos, con la esperanza de ganarse su lealtad y sumisión, pero se engaña a sí mismo. ¡Porque lo único que fomenta es la rebelión y el orgullo!” (Holland, p. 131)

Así habló Abd- al-Rahman ibn Mohamed iben Abdalá, al que conocemos como Abderramán III, a quien debemos el esplendor Omeya y de quien dice la Crónica anónima de al-Nasir:

“Conquistó España ciudad por ciudad, exterminó a sus defensores y los humilló, destruyó sus castillos, impuso pesados tributos a los que dejó con vida y los abatió terriblemente por medio de crueles gobernadores hasta que todas las comarcas entraron en su obediencia y se le sometieron todos los rebeldes.”(Wiki)

¿Qué otra cosa sino rebelión, orgullo rufianesco y traición ha cosechado España intentando contentar a ratas, pijoskichis, bildutarras y golpistas de barretina? Abramos los ojos: no quieren la mítica piel de toro, quieren seguir enganchados a los pezones exhaustos de la vaca España.

Nunca se irán, como los invasores bereberes, a menos que los echemos. Y no podemos caer en la trampa de echarlos: que se queden y contribuyan en igualdad o se vayan ellos solos y se entiendan con la UE, con sus pensionistas, con sus miedos y con el frío exterior. Hemos de poner fin al chollo vasco, a la desvergüenza catalana, a esa estirpe socialcomunista de la matria y las tareas urgentas, a los chorizos de allá y de acá y a quienes amenazan la supervivencia de nuestro país, España.

Ya sólo cabe sumar. Si Vox resta, a por ellos. Si Casado, Teodoro y su pp no suman, a por ellos. Si Cs viene a pastelear con el perro, a por ellos. Y así con todos. Que se aparten o los apartamos a voto limpio, a bota limpia, a querellazo y a base de no dar respiro a su latrocinio.

Al psoe que fue y no es hay que decirle que o vuelve al redil constitucional o que no cuente con nosotros. Que se hagan un favor y acaben ellos con el perro antes de que nosotros acabemos con el perro y con su amo.

Creo haberme explicado. Si no, acaben también conmigo, pero hagan lo que hay que hacer para echar para siempre a esos parásitos que impiden el presente y el futuro de España.





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José Muñoz Clares

Colaborador asiduo en la prensa de forma ininterrumpida desde la revista universitaria Campus, Diario 16 Murcia, La Opinión (Murcia), La Verdad (Murcia) y por último La Razón (Murcia) hasta que se cerró la edición, lo que acredita más de veinte años de publicaciones sostenidas en la prensa.

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