Se le juntan los problemas a los de Pablo Iglesias, ya no se trata de las diferentes investigaciones a las que están siendo sometidos en España, sino que el asunto ha traspasado las fronteras.
Toda la documentación de Creative Advice Interactive Group, firma a la que Podemos destinó fondos de su campaña electoral de 2019 a través de Neurona, está siendo analizada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México, lo que viene a ser la UDEF en España.
Este nuevo varapalo internacional llega como consecuencia de las pesquisas iniciadas por el Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid y el duro escrito de la Fiscalía del Tribunal de Cuentas sobre los tratos entre Podemos y Neurona Consulting, según explican fuentes a OK Diario.
De acuerdo a los procedimientos, la UIF primero revisará de qué empresa se trata, si ha cumplido con sus obligaciones y si no tiene comportamientos extraños.
Según los investigadores en España, 363.000 euros de la campaña electoral de Podemos entregados a Neurona acabaron en una extraña sociedad mexicana (Creative Advice Interactive Group) creada en agosto de 2015, sin experiencia alguna en servicios electorales, sin ningún tipo de logística y ubicada en una vivienda particular de una barriada de Guadalajara, en el estado de Jalisco (México).
Una contratación que pudo ser ficticia, según alerto la Fiscalía del Tribunal de Cuentas que ve indicios de delitos de falsedad en documento mercantil y electoral, ya que «el encargo se firmó antes de que Neurona existiera en el Registro Mercantil de España, que el objeto social ‘no coincide con las prestaciones contratadas’ y que no han sido justificados los encargos por los 363.000 euros del contrato firmado entre la consultora y Podemos», destacan desde el medio antes indicado.
Esto quiere decir que en México se han comenzado a dar los pasos que ya se han adelantado desde Bolivia, donde Neurona Consulting está siendo investigada por el cobro de 1,8 millones de dólares del Gobierno de Evo Morales.
Ante esto la casta de Podemos, representada por Pablo Iglesias, no da respuestas. Prefieren tirar balones fuera y señalar cualquier escándalo de otro partido, señalar a la Corona o tirar a la jauría contra el Gobierno de Madrid.
Los que llegaron a cambiar la política y exigir transparencia se sirven de la opacidad para seguir formando parte del Ejecutivo socialcomunista, donde por cierto están muy tranquilos. Allí nadie dimite y mucho menos se exigen explicaciones.
