Más de 15 mil ciudadanos en Plaza Colón contra el expolio de las clases medias fueron invisibles para los medios

(Plataforma Clases Medias).- La sociedad civil española, sin mediar convocatoria de partido político alguno, se concentró el pasado sábado en la madrileña Plaza de Colón. 15.000 ciudadanos libres y conscientes de la enorme gravedad de la situación política, económica y social han dicho basta de forma clara y manifiesta. Y han lanzado un inequívoco grito exigiendo la inmediata regeneración democrática, el fin del despilfarro del dinero de los contribuyentes y el cese inmediato del expolio al que la casta política nos somete de continuo.

Ante esta lúcida y espontánea demostración de soberanía popular no cabe el silencio informativo ni el ninguneo. Y, sin embargo, la inmensa mayoría de medios de información, tanto televisiones como radios, diarios en papel y online, una vez más han demostrado un total desprecio hacia aquellos quienes son precisamente su público, ese mismo público que, en última instancia, ha mantenido en pie al periodismo español, bien sea voluntariamente o bien sea involuntariamente mediante la reconversión de sus impuestos en subvenciones, publicidad institucional y concesiones administrativas.

Hoy, dada la terrible crisis económica que ya a casi todos afecta en alguna medida, miles de periodistas están yendo al paro. Y se preguntan cómo es posible que su profesión haya llegado a esta situación de inestabilidad laboral, falta de credibilidad y desprestigio social.

Pues bien, a todos ellos les digo que hace muchos años que la sociedad española sufre y padece un periodismo que nada más atiende a intereses particulares y que sólo demuestra cierta sensibilidad hacia aquellos que en alguna medida ostentan el poder o pueden aspirar a ostentarlo. Mientras, y desde hace ya bastantes años, la sociedad española se ha ido empobreciendo paulatinamente y nuestra democracia ha terminado por tocar fondo. Y, durante todo este proceso de degradación, la sociedad civil española no ha encontrado en los medios de información el más mínimo respaldo salvo contadísimas y honrosas excepciones.

Este pasado sábado, miles de ciudadanos, sin prácticamente medios, sin más estímulo que su propia lucidez y sentido de la responsabilidad, han tomado la calle para reclamar la más que urgente regeneración democrática. Y todos los medios de información (salvo unos pocos), públicos y privados, incluyendo «las seis televisiones», han demostrado un absoluto desprecio hacia todos los ciudadanos. Y digo bien, hacia todos, porque si bien es cierto que en Colón no estaban todos, no menos cierto es que a aquellos que no estaban se les ha negado el derecho a estar informados.

Desde aquí, y dada la situación de emergencia nacional en la que nos encontramos, apelo no ya a los jefes y propietarios de estos medios de comunicación, que jamás se avendrán a servir al ciudadano, sino a los profesionales del periodismo. Mientras conserven su puesto de trabajo en el medio correspondiente, han de saber que tienen un deber que cumplir: el de informar. Desgraciadamente, muchos de ellos en los próximos meses es seguro que pierdan su puesto de trabajo por razones de reajuste de plantillas y cierres. Y precisamente por ello les pido que cumplan con su deber a toda costa, puesto que no sólo harán un gran servicio a la sociedad civil sino que, antes que a nadie, se lo harán a sí mismos.

Javier Benegas

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Sé que no sé nada y también sé lo que es una noticia. Y que, sin asistencia de cargos, sin buscar subvenciones, sin autobuses y bocadillos gratis, se reúnan miles de personas en la Plaza de Colón, convocados por una Plataforma de la sociedad civil, es una noticia. Y es una noticia importante, de portada.

Este mismo fin de semana, Mariano Rajoy ha reunido menos gente en Galicia y Zapatero mucha menos en Vascongadas.

En realidad, en mi caso, el que casi ningún medio –las excepciones son Intereconomía TV, que lo bordó, periodistadigital.com, galicia-liberal.com y diarioya.es- haya dado información de la concentración no sólo no me intranquiliza, sino que me place. Por de pronto, me y nos permite tener bien sujeta la tentación del afán de protagonismo, que ha causado estragos en nuestra sociedad y ha dado el traste con algunas buenas iniciativas.

Además, haciendo de la necesidad, virtud, nos fortalece e incluso ha fortalecido de manera espectacular la web. Quien quiera saber de la concentración ha de recurrir, inevitablemente, a clasesmedias-org. Eso que ganamos.

Para mí la web es la piedra angular de la Plataforma. Me satisface mucho más el acelerón que está teniendo, que haber salido en todos los informativos. Y es más importante para el inmediato futuro. La web nos permitirá estar en contacto y controlar nuestra información, dirigiendo la movilización, porque estamos en una rebelión no en una operación cualquiera para pasar el rato. Difundir la web sigue siendo el objetivo número 1. Con una web fuerte seremos invencibles.

La conjura de silencio nos hace no dormirnos en los laureles y trabajar más. Pronto haremos públicas nuevas iniciativas. Somos gente tenaz y luchadora, dispuestos a vencer cualquier obstáculo.

Pero lleva razón Javier Benegas que ese silencio de los corderos es un ninguneo de los asistentes. Es una lesión explícita al derecho a la información que ellos tienen.

Informo a todos los simpatizantes y militantes de la Plataforma de las Clases Medias que la convocatoria de prensa se remitió a todos los medios y agencias en dos ocasiones: la semana anterior y dos días antes. Que también se hizo una ronda de llamadas. Por ejemplo, aunque luego no asistieron, confirmaron su presencia PuntoRadio y Antena3. Telecinco me hizo una entrevista durante la concentración, aunque supuse que no la emitirían. Incluso hicimos, con nuestros modestísimos medios, un poquito de publicidad.

Tengo descontado, por muy terrible que parezca, pero es la pura verdad que este sistema degradado de casta parasitaria ha decidido que la gente se muera de hambre, encerrada en su casa, sin dar noticia de ello, mientras esperan que vean, en su última agonía, algún programa de telebasura, un partido de fútbol o un concurso en el que se gana un millón de euros acertando de que color era el caballo blanco de Santiago. Así que no me sorprende nada y todo es una llamada a esforzarse más y a difundir la web.

Puede aducirse que los fines de semana las redacciones están menguadas –y más que lo estarán, pues el paro está siendo masivo en los medios de comunicación-. Pero parece una excusa pobre. De las manifestaciones de los bufones de la casta parasitaria, con mucha menos asistencia, se han hecho auténticos despliegues.

En realidad, la única explicación lógica es que nosotros cuestionamos de raíz este sistema corrupto y quebrado, en el que, contra su propia naturaleza de contrapoder, se han instalado los degradados medios, corrompidos moralmente por la publicidad institucional y las concesiones administrativas, por el mercantilismo con el poder.

Y es sabido que esos medios, de derechas y de izquierdas, han mantenido groseras reuniones con el Gobierno para ver qué les dan y cómo deben informarnos a los súbditos.

El silencio resulta tan cómplice como previsible. A lo que estamos asistiendo es a la tremenda estrategia de una nomenclatura –en la que participan los editores de los medios- de intentar salvarse ellos, hundiendo en la miseria a los demás.

Y esa es la tremenda responsabilidad que están asumiendo.

Bien, si esa conjura de silencio se mantiene un tiempo más, llamaremos al boicot contra esos medios, contra ese silencio de los corderos, más bien lobos de fétido aliento por la carroñez que se esconde en sus limadas dentaduras.

No nos van a parar.

Enrique de Diego

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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