Terminó como el rosario de la aurora, pero el mensaje de este 7 de noviembre a Sánchez y al PSOE no puede ser más claro: «¡traidores!»
La Policía Nacional ha cargado pasadas las 10 de la noche contra los manifestantes más excitados, algunos de ellos con caretas y pinta de infiltrados, que a última hora intentaron de volcar las vallas con las que un contingente muy nutrido de antidisturbios protegía el perímetro de la sede del PSOE en la calle Ferraz.
Una tremenda comitiva de Periodista Digital se desplazó a la zona con Alfonso Rojo a la cabeza, más Josué Cárdenas, Bertrand Ndongo, Paul Monzón e Ihzan Gómez.
Se habían colocado los ‘enmascarados’ -a los que bastante gente señalaba como provocadores a sueldo de Marlaska y su jefe, en la primera fila de la protesta, que la delegación del Gobierno ha cifrado en unas 7.000 personas, el doble que el lunes. Tras casi una hora profiriendo cánticos y después de varios enfrentamientos contra manifestantes pacíficos que les recriminaban su actitud, estallaron los incidentes. Los agentes han iniciado la carga en dirección hacia el paseo de Pintor Rosales contra un grupo de gente, que encendía bengalas y han terminado pegando a todo el mundo.
La manifestación de este martes contra el PSOE claudicante y la ilegal amnistía, se han dividido en dos grupos. Uno de ellos ha comenzado a marchar desde el paseo de Pintor Rosales hacia el Congreso de los Diputados, mientras que el principal ha vuelto a concentrarse en Ferraz, aunque el perímetro policial ha sido notablemente superior al de los días anteriores. La marcha, donde iban en cabeza el periodista Alvise Pérez y el grupo de Desokupa, partió desde Pintor Rosales y cruzando todo el centro de Madrid, avanzó a paso ligero por la Gran Vía completa y el Paseo del Prado hacia el Congreso de los Diputados, donde ejecutó una sentada.
También allí se desplegó un importante despliegue de la Policía Nacional, que cortó con vallas y furgones al inicio de la Carrera de San Jerónimo. El Ministerio del Interior había reforzado el número de agentes que esta este martes blindaban la sede central de los socialistas. Tras el abuso del lunes, en la que los agentes antidisturbios usaron a mansalva ese gas lacrimógeno que jamás utilizan contra los violentos CDR, lo de este martes -a pesar de la brutalidad- ha parecido moderado.

Manifestantes y Policía en Ferraz este 7 de noviembre.
Así se vio el grupo que se desplazó por la Gran Vía madrileña cortando el tráfico y acompañado de un grupo de antidisturbios:
🔴Miles de patriotas cortan gran vía y avanzan calle arriba escoltados por la policía. pic.twitter.com/Ju2ye6SitR
— Sr.Liberal🇪🇸 (@SrLiberal) November 7, 2023
Fue a partir de las 22 horas cuando la cosa comenzó a ponerse seria de verdad. Algunos grupos, quien sabe si con infiltrados, se enfrentaron a la Policía y la calle Ferraz y aledaños se convirtieron en una auténtica batalla campal.
Por cierto, a todo esto, hasta Iker Jiménez dando una vuelta por Ferraz, captado por las cámaras de Periodista Digital.
Gases y palos
Miles de ciudadanos volvieron a manifestarse en la tarde de este lunes ante la sede central del PSOE, para protestar contra la amnistía y exigir al jefe de los socialista -socio ahora de del etarra Otegi y de golpistas como Puigdemont o Junqueras-, que no consume sus pringosos apaños con las bandas separatistas, necesarias para que la izquierda logre revalidar un nuevo mandato y él siga ‘okupando‘ La Moncloa.
Bertrand Ndongo estalla contra la policía nacional: “¿Dónde están los adoquines?”. pic.twitter.com/becEohACm8
— Sr.Liberal🇪🇸 (@SrLiberal) November 6, 2023
La protesta ha crecido notablemente en número respecto a la que ya se produjo el viernes, y en esta ocasión contaron con la participación de Santiago Abascal y de varios componentes de la cúpula de VOX.
Abascal ha estado firme y claro:
«Es el peor momento de nuestra democracia sin ninguna duda. No lo vamos a permitir. Tenemos el deber de estar en la calle»,.
Las manifestaciones se han reproducido por decenas de capitales de provincia españolas, con miles de personas protestando también frente a las sedes del PSOE en Barcelona, Valencia, Sevilla, Badajoz, Valladolid, Salamanca, Pamplona y Oviedo, entre otras localidades.
Al grito de «no es un presidente, es un delincuente», «en mi nombre, no«, «socialistas terroristas«, «Puigdemont a prisión» o incluso «huelga general», una multitud notablemente superior a la manifestada días atrás intento acercarse a la sede del PSOE.
Imposible.
El forcejeo entre los manifestantes que querían cruzar a Ferraz y la Policía Nacional que trataba de impedirlo ha acabado con cargas policiales.
Primero gases lacrimógenos y, después, pelotas de goma y porrazos para disipar a las personas concentradas en las proximidades de la sede del PSOE.
Como ya ocurrió el viernes y el sábado, los aledaños del cuartel general de los socialistas estaban protegidos por un impresionante despliegue policial, con todo tipo de medios antidisturbios, que evitó que la gente se aproximara.
En las anteriores convocatorias se vivieron momentos de tensión cuando diversos manifestantes forcejearon con agentes de la Policía Nacional al intentar sobrepasar el perímetro.
Los asistentes se han reagrupado en el cruce con la calle Marqués de Urquijo.
La Policía Nacional ha utilizado de nuevo gases lacrimógenos y ha continuado las cargas.
Algunos manifestantes, en su mayoría gente mayor, se han refugiado en una parroquia, desde donde recriminaban a los agentes la contundencia con la que estaban actuando contra una masa de gente muy diversa y mayormente pacífica.
El sábado fue la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre quien lideró la protesta e incluso cortó el tráfico.
Santiago Abascal mostró este lunes su total compromiso con todas las manifestaciones que desde la sociedad civil se organicen contra la amnistía.
El domingo miles de personas se movilizaron en diferentes puntos de España contra la estrategia socialista, aunque la que más personas congregó fue la convocada por el Partido Popular en el centro de Valencia, en la que participó Alberto Núñez Feijóo.
El mensaje subido a X por el socialista Sánchez, colega de Junts, Bildu, ERC y otros facinerosos, es para enmarcar de puro ridículo: