Una serie de chistes verdes para adultos.
Sobre cuernos, que nunca fallan.
Ee trata es de quitar hierro a un asunto tan delicadito.
Y también te ayudamos a saber si te los han puesto alguna vez.
Estos chistes pueden ser una forma divertida de abordar un tema tan común en la vida cotidiana.
- Un tipo entra en un bar y otro le dice: «Yo me acosté con mi mujer antes de casarnos. ¿Y tú?». El otro dice: «No lo sé. ¿Cómo dices que se llama?»
- Oye, ¿tu mujer qué tal folla?». «Pues no sé. Unos dicen que bien, otros dicen que mal…».
- Un marido le dice a su mujer: «Apuesto a que no puedes decirme algo que me haga feliz y triste al mismo tiempo». La esposa se lo piensa unos instantes y responde: «Tu polla es más grande que la de tus hermanos».
- Llega el marido a su casa y encuentra a su mujer en la cama y debajo de ella ve a otro hombre escondido y enfurecido le pregunta. «¿Qué hace ese hombre bajo la cama?». «Mira, mi vida, abajo no sé, pero arriba hace maravillas».
- Le dice una amiga a la otra. «Tu marido te está poniendo los cuernos». Y esta le contesta: «Qué vergüenza, con lo mal que folla el tío».
- “¡Oye, que me han dicho que tu mujer se la chupa a medio pueblo!». «Bah, es un pueblo pequeño…».
- El marido está revisando las facturas y le dice a su mujer: «Si supieses cocinar nos ahorraríamos un dineral en la cocinera». «Pues si tú supieses hacer el amor nos ahorraríamos un dineral en el jardinero».
- Un hombre llega a su casa y encuentra a su mujer en la cama con otro. Furioso, saca una pistola y le dispara al amante. La mujer le dice: “Si sigues así, vas a quedarte sin amigos”.
- Una mujer le dice a su marido: “Cariño, tengo una sorpresa para ti”. El marido le responde: “¿Qué es, amor?”. La mujer le dice: “Estoy embarazada”. El marido le dice: “¿Y de quién?”.
- Un hombre va al médico y le dice: “Doctor, tengo un problema. Cada vez que hago el amor con mi mujer, me da un calambre en la pierna”. El médico le dice: “Eso es normal, es por la tensión”. El hombre le dice: “¿Y qué puedo hacer?”. El médico le dice: “Pues relájate, y sobre todo, no te apoyes en el armario”.
