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Siria en el abismo: el fin de Assad desata el caos y amenaza a minorías como la cristiana

La caída del régimen tras 13 años de guerra civil abre un periodo de incertidumbre y violencia, mientras los rebeldes islamistas toman el control de Damasco

Mapa de las facciones en Siria
Mapa de las facciones en Siria. PD

La caída del régimen de Bashar al-Assad  ha sumido a Siria en un caos sin precedentes, dejando a las minorías religiosas, especialmente a los cristianos, en una situación de extrema vulnerabilidad.

El repentino colapso del gobierno, tras 13 años de brutal guerra civil, ha creado un vacío de poder que grupos islamistas radicales están aprovechando para expandir su control, amenazando con borrar siglos de diversidad religiosa y cultural en la región.

La comunidad cristiana siria, que ha sobrevivido a siglos de dominio otomano y décadas de gobierno autoritario, se enfrenta ahora a su mayor desafío.

Con la caída de Assad, los cristianos han perdido la protección, aunque precaria, que el régimen les proporcionaba.

En Alepo, otrora símbolo de la convivencia religiosa, los recuerdos del terror yihadista están aún frescos.

Una monja argentina que misionó en la región recordaba: «Hay que hablar más sobre los mártires de Alepo». Ahora, con el regreso de los rebeldes islamistas a la ciudad, esos temores se reavivan con fuerza.

La situación es particularmente crítica en zonas como la provincia de Idlib, en el noroeste, y el distrito de Hasakah, en el noreste.

Aquí, los militantes islámicos y las fuerzas apoyadas por Turquía representan una amenaza directa para la supervivencia de las comunidades cristianas.

El sorprendente y veloz colapso del ejército sirio

El derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad ha dejado atónitos a observadores internacionales por la rapidez con la que se produjo.

Varios factores que contribuyeron a este inesperado desenlace:

  1. Debilidad estructural del ejército sirio:
    • A pesar de su aparente fortaleza, el ejército sirio había perdido cerca de la mitad de sus efectivos durante la guerra civil.
    • La fuerza aérea sufrió grandes pérdidas debido al conflicto y los ataques estadounidenses.
  1. Crisis económica y sanciones:
    • Los salarios de los soldados eran extremadamente bajos, «no alcanza ni para tres días», según un ciudadano sirio.
    • Las sanciones estadounidenses, especialmente la «Ley César», agravaron la situación económica.
  1. Pérdida de apoyo de aliados clave:
    • La retirada del apoyo militar de IránHezbolá y Rusia dejó al ejército sirio sin respaldo crucial.
    • El experto Yezid Sayigh afirma que «sin la esperanza de ayuda externa urgente, el ejército perdió la voluntad de luchar».
  1. Deterioro de la capacidad militar:
    • El profesor Michael Clarke señala que la dependencia de ayuda extranjera llevó a un deterioro en el entrenamiento y liderazgo del ejército sirio.
  1. Fortalecimiento de la oposición:
    • La unificación de las facciones rebeldes bajo un mando único mejoró su eficacia.
    • Los mensajes tranquilizadores de los rebeldes a la población civil facilitaron su avance.

Un giro sísmico en la política siria

El derrocamiento de Assad marca un punto de inflexión en la historia de Siria.

La rapidez con la que se desmoronó el régimen ha dejado atónitos a observadores internacionales y a la propia población siria. En apenas 12 días, una coalición rebelde liderada por el grupo HTS logró lo que parecía imposible: tomar el control de Damasco y poner fin a 50 años de gobierno de la familia Assad.

La huida del presidente sirio a Moscú, según informan agencias rusas, simboliza el fin de una era. El primer ministro, Ghazi al Jalali, ha expresado su disposición a cooperar con el nuevo liderazgo, en un intento de facilitar una transición que se antoja turbulenta.

Reacciones internacionales y escalada de violencia

La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. El presidente estadounidense, Joe Biden, y su equipo siguen de cerca la situación, manteniendo contacto permanente con los aliados regionales.

Mientras tanto, Israel ha intensificado sus operaciones militares en territorio sirio. Fuentes de inteligencia confirman que las fuerzas israelíes han llevado a cabo docenas de ataques aéreos en las últimas 48 horas, aparentemente dirigidos contra objetivos iraníes y de Hezbolá. Esta escalada amenaza con desestabilizar aún más la región y complicar cualquier intento de establecer un nuevo orden en Siria.

El panorama que se dibuja para Siria es sombrío. La caída de Assad ha dejado un vacío de poder que diferentes facciones luchan por llenar. Los rebeldes han impuesto un toque de queda de 13 horas en Damasco, en un intento de consolidar su control sobre la capital y sus instituciones clave.

Sin embargo, el Ejército sirio asegura mantener operaciones militares contra «grupos terroristas» en zonas rurales de HamaHoms y Deraa, lo que sugiere que la resistencia del antiguo régimen no ha sido completamente eliminada.

Perspectivas para la región

El colapso del régimen sirio tiene implicaciones que van más allá de sus fronteras. La inestabilidad en Siria podría tener un efecto dominó en países vecinos como LíbanoJordania e Irak, ya de por sí frágiles.

La posibilidad de que grupos extremistas como el Estado Islámico aprovechen el caos para reagruparse y ganar terreno es una preocupación real. La comunidad internacional se enfrenta al desafío de evitar que Siria se convierta en un nuevo santuario para el terrorismo global.

La comunidad internacional se encuentra ante un dilema. Por un lado, existe la necesidad urgente de intervenir para proteger a las minorías y evitar una catástrofe humanitaria. Por otro, cualquier intervención directa podría ser vista como una injerencia y complicar aún más la situación.

La ONU y otras organizaciones internacionales están preparando planes de emergencia para hacer frente a una posible crisis de refugiados y proporcionar ayuda humanitaria. Sin embargo, la complejidad del conflicto sirio y la multiplicidad de actores involucrados hacen que cualquier solución sea extremadamente difícil de implementar.

El papel de las potencias regionales

El vacío dejado por Assad ha abierto la puerta a una mayor influencia de potencias regionales como TurquíaIrán y Arabia Saudí. Cada una de estas naciones tiene sus propios intereses en Siria y buscará moldear el futuro del país de acuerdo con sus objetivos estratégicos.

Turquía, en particular, podría ver esta situación como una oportunidad para expandir su influencia en el norte de Siria, lo que podría tener graves consecuencias para la población kurda de la región.

La caída de Assad, lejos de marcar el fin del conflicto, parece haber abierto una nueva y peligrosa fase en la historia del país.

La comunidad internacional se enfrenta al desafío de encontrar una solución que garantice la estabilidad, proteja a las minorías y evite que el país se convierta en un foco de extremismo.

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