La nota original es de Katie Sola y apareció en el ‘Huffington Post’ norteamericano, pero ha corrido como la pólvora por la Red y hoy está por todos lados.
La razón es simple: es una de esas grandes historias de Internet. Comenzó cuando dos jóvenes con mas ganas de juerga que buenos sentimientos subieron fotos de un sujeto con cierta edad y mucho peso a la plataforma 4Chan. Decía el mensaje:
«Descubrimos este espécimen tratando de bailar la semana pasada. Se detuvo cuando nos vio riendo».
Uno de los primeros en reaccionar fue un usuario de Imgur llamado FrozenBadger, quien subió una captura de pantalla de ese mensaje con la etiqueta:
«Por qué odio a los niños. Me parece que este comportamiento de mierda es despreciable».
Y añadía: «Si estás ahí, gran hombre, que les den a esos chicos. Sigue bailando».
A partir de ahí, se inciió la oleada, con mensajes de apoyo al bailón:
«Nunca dejes que unos aburridos te apaguen la chispa».
Alguien escribió: «Me gustaría que pudiéramos encontrarlo y decirle que es impresionante».
Anyone know this man or who posted this? There’s a huge group of ladies in LA who would like to do something special pic.twitter.com/DGbu3AXOrB
— Cassandra (@CassandraRules) marzo 5, 2015
Y en ese momento, Cassandra Fairbanks hizo exactamente eso y lanzó una campaña en Twitter: #FindDancingMan.
Cassandra hizo una invitación, que ni el más soso podía rechazar: bailar con ella y con otras las 1.727 mujeres, que apoyaron la idea.
El tipo apareció en Londres, confirmó su identidad, dijo que se llamaba Sean y aceptó la invitación a la fiesta a través de una cuenta creada por él mismo y llamada @Dancingmanfound (el hombre que bailaba, encontrado).
YAY TWITTER!!! @Dancingmanfound #FindDancingMan ❤️❤️❤️ We are going to dance!!! pic.twitter.com/G7FxuiSsIh
— Cassandra (@CassandraRules) marzo 6, 2015
El «hombre bailador» viajará de Londres (de donde es oriundo) a Los Angeles en un par de semanas y lo mejor de todo es que no le costará ni un centavo.
Un evento en la página GoFundMe logró recaudar 4 mil 629 dólares en sólo dos horas, con lo que se pagará el viaje. Y a bailar.