Serrat le dedicó una canción y los barceloneses han gozado de su discreción
Este es el último invierno en el que los clientes de La Casita Blanca se perderán entre sus cálidas sábanas. Desaparece la que para muchos amigos ha sido casi una segunda residencia.
Sea como fuere, a La Casita Blanca del barrio de Gràcia no le queda ni una sola primavera. En marzo de 2011 se prevé que sus puertas se cierren para siempre tras un siglo de vida y se vengan abajo las miles de historias que entrañan en silencio sus 43 habitaciones.
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