Es lo que, literalmente, se conoce como salir el tiro por la culata.
Los ideólogos de la gira que iba a llevar a Pedro Sánchez por 30 localidades de España para dialogar con la gente a lo largo del último cuatrimestre de 2022, acabó no solo como el rosario de la aurora para los intereses del inquilino de La Moncloa.
También tuvo que reducirse el número de eventos planificados y hasta el formato de los mismos.
De la apertura total sin filtros previos, se pasó a meter al jefe del Ejecutivo socialcomunista en recintos cerrados y con una selección previa de los asistentes.
Tal y como detalla este 8 de enero de 2023 el digital OkDiario, solo se han llevado a efecto 12 encuentros de Pedro Sánchez con los ciudadanos y estos han sido escasamente prolíficos a la hora de poder hacer llegar al presidente el descontento generalizado que hay instalado en el seno de los españoles.
Lo cierto es que desde la primera cita ya se intuyó que la idea de acercar a Sánchez a la gente no había sido un acierto desde el punto de vista de la estrategia presidencial.
Fue a comienzos de septiembre de 2022 en Sevilla.
La capital hispalense fue el primer varapalo que iba a llevarse el socialcomunista cuando comprobó que a su llegada eran más los abucheos que los aplausos.
Pero el hecho más simbólico fue la presencia de una gran pancarta en la que se leía con nitidez un mensaje inequívoco:
¡Qué te vote Txapote!
El cabreo de Pedro Sánchez se pudo escuchar hasta en Ganímedes y a partir de ahí empezó a improvisarse un plan alternativo para evitar, precisamente, tanto los abucheos como el hecho de que a esos mítines con ciudadanos anónimos pudieran convertirse en un apaleamiento semanal para el presidente.
La siguiente convacotoria fue en Toledo, pero ya se encargaron tanto el presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, como la alcaldesa de la ciudad imperial, Milagros Tolón, que todo estuviese perfectamente controlado para evitar en la medida de lo posible las muestras de desaprobación de la ciudadanía y que al recinto solo accediesen los convencidos de la causa sanchista.
En otras citas como las celebradas en Soria y Getafe (Madrid), a los periodistas se les enseñó solo una parte de la agenda presidencial.
Dicho en plata, solo se informó de la hora de los mítines de Pedro Sánchez, pero no de que tendría previamente encuentros con los habitantes de esas localidades y que haría un paseo para conocer de primera mano la zona y las necesidades de sus gentes.
No solo pretendía hurtar a la opinión pública esos abucheos hacia ‘su persona’, sino que además hizo cortar las zonas por las que él iba a transitar para encontrarse, únicamente, con quienes abrazan su populismo.
De ahí que al final, por mucho que se programasen más de dos actos por semana, solo pudiese cumplir un 40% de lo previsto. El rechazo de los españoles y el hecho de que cada cita se convirtiera en un calvario, llevó a Moncloa a tener que reducir la presencia de Sánchez con los ciudadanos.
