"Los documentos presentados son ininteligibles para el ciudadano medianamente informado e incluso para los iniciados a los que hemos consultado"
Tres semanas después de que, mediante un comunicado hecho público, Prisa informara a sus 15.000 trabajadores que había alcanzado un acuerdo con Liberty Acquisition Holdings por el que, a cambio de 660 millones de euros, el grupo de inversión norteamericano tendrá más del 50% del mayor grupo de comunicación del mundo en castellano y portugués, esos 15.000 trabajadores les contestan, a través de otro comunicado dirigido «a la sociedad española, a los inversores y Gobiernos», que no consentirán ser «ninguneados» y exigen transparencia y explicaciones sobre los escasos detalles revelados, «poco menos que ininteligibles para el ciudadano medianamente informado e incluso para los iniciados», y encima «sólo en inglés, sin traducción al castellano».
Tres semanas en las que los comités de empresa de las decenas de empresas del grupo han dedicado maratonianas sesiones a consensuar cada coma del texto, conscientes que su difusión provocaría un terremoto interno en la compañía.
La reacción del grupo ha sido inmediata.
Por un lado, está prevista una reunión del equipo directivo.
Y, por otro, el máximo responsable El País, su director Javier Moreno, ha convocado a toda la plantilla del diario a las 17.00 h «para explicarles la situación actual del Grupo» en un intento de evitar la escalada de los rumores que circulan por los corrillos de la redacción.
Fuentes de la redacción explican a Periodista Digital que:
«Esto es algo positivo e inaudito porque está viniendo el máximo responsable en persona».
Bárbara Manrique de Lara, del departamento de comunicación de Prisa, asegura en conversación telefónica con Periodista Digital, que «se han mantenido numerosas reuniones entre la dirección y los empleados».
«No hay que olvidar que se trata de una operación financiera de muchísima complejidad. Hay un alto grado de confidencialidad tanto externo como interno y eso lo deben entender».
Afirma que siempre ha habido diálogo entre las partes y que la empresa vela por la totalidad de los trabajadores.
COMUNICADO ÍNTEGRO DE LOS COMITÉS DE EMPRESA DE PRISA (23 marzo 2010)
- Unión Radio (SER)
- Santillana
- Sogecable
- Ítaca
- Cinco Días
- As
- El País
- Box Publicidad
- ASIP
- Pressprint
- Prisacom
- Progresa
- Catsa
- GDM
Los Comités de Empresa de Prisa quieren transmitir a los 15.000 empleados, a la sociedad española, a los inversores y Gobiernos, que los responsables del Grupo pretenden ningunear a los representantes de los trabajadores en un momento de enorme trascendencia para el futuro inmediato, tanto de nuestras compañías, como de la pluralidad informativa y los principios ideológicos sobre los que se edificó esta casa en las últimas tres décadas.
La única información de la que disponemos sobre la entrada de una nueva mayoría accionarial en Prisa, el fondo de inversión Liberty, es la misma que se ha publicado -siempre en inglés, sin traducción al castellano– tanto en el órgano regulador de la Bolsa de Nueva York (SEC) como de la española (CNMV).
De los documentos publicados, poco menos que ininteligibles para el ciudadano medianamente informado e incluso para los iniciados a los que hemos consultado, deducimos que esta complejísima operación es sobre todo financiera y no industrial.
Eso sí, seguimos en las recetas clásicas. Quienes tienen el cometido de pensar en cómo cocinar para dar gusto a los nuevos comensales no han encontrado ni nuevos ingredientes, ni preparaciones novedosas para afrontar el futuro.
Como se recoge en dichos papeles, sólo se les ocurre externalizar todo lo externalizable, trocear todo lo que sea divisible, vender las porciones prescindibles, abaratar el precio del trabajo y mantener a la cabeza del Grupo a quien no se ha destacado precisamente por su olfato en los negocios.
Ni siquiera los mercados financieros a los que se recurre parecen entusiasmarse con la operación, habida cuenta de la evolución de la cotización.
Será interesante entender cómo un fondo especulativo compra más de la mitad de una empresa con fuertes deudas y al tiempo se mantiene al margen de la gestión, así como conocer las condiciones exigidas por los bancos acreedores.
Pecaríamos de ingenuos e irresponsables si esperásemos que las previsiones financieras de los nuevos inversores conlleven más puestos de trabajo y un aumento en la calidad del empleo.
Prisa es algo más que un negocio, ha constituido un puntal para la construcción, el desarrollo y el mantenimiento de la democracia en este país.
La influencia y el prestigio del primer grupo de comunicación en español constituyen un bocado sabroso para cualquiera que pretenda dominar más hilos de poder.
La incertidumbre de nuestros compañeros de informática por la externalización de su trabajo a Indra, incumpliendo en algunos casos una carta de garantías firmada hace un año por la propia dirección; la desazón de los de Cuatro por la venta de la televisión en abierto al grupo inversor de Silvio Berlusconi o el traspaso del capital humano que formamos a empresas con ansias monopolísticas que ofrecen condiciones laborales bazofia, son la punta del iceberg de las aviesas intenciones de la patronal, que pretende utilizar el fracaso del capitalismo financiero demostrado en esta crisis para rebajar nuestras condiciones laborales.
Como es evidente, sólo la negociación de buena fe evitará el conflicto y sólo la participación de todas las plantillas en el proyecto puede lograr que éste llegue a buen término, que es el objetivo de todos.
Por ello, vamos a solicitar reuniones con los máximos responsables del grupo Prisa y de Liberty para convencerles de la necesidad de recorrer juntos ese camino al futuro que, al menos nosotros, no tememos.