Edurne Uriarte defiende a Isabel Durán y Alfonso Rojo de la demanda de Boye
En la tormenta que sacude el PSOE no deja de llamarme la atención la ausencia de El País, que sólo participa mediante un editorial en dos días y una columna irreal de Miguel Ángel Aguilar de la que ahora me ocupo.
Entiendo que el madridista Alfonso Ussía prefiera escribir contra el culé Leo Messi, como hace hoy, 15 de julio, en La Razón
De haber sido Messi un deportista de verdad, le habría entregado allí mismo el trofeíllo a su compañero Mascherano o a cualquiera de sus adversarios alemanes.
Pero que los columnistas de El País no participen en este debate… ¿es un nuevo favor de Juan Luis Cebrián a Moncloa, como la desaparición de las críticas a Soraya Sáenz de Santamaría?
Hoy comienzo el paso a las columnas por la parte que suele ser la última: la columna ridícula del día. Lo hago porque hay dos budas de la profesión que meten la pata hasta el corvejón, y encima sobre asuntos importantes y de los que ellos hacen creer a sus lectores que tienen unos conocimientos exhaustivos.
El primero al que traigo a la columna ridícula del día es Miguel Ángel Aguilar, que en El País publica un análisis sobre las primarias del PSOE.
La campaña se disputó con juego limpio. Primero fue la recogida de los avales mínimos que venían exigidos para formalizar las candidaturas, luego la campaña entre los electores -trinando en la red o buscando el cuerpo a cuerpo a base de carretera y manta-, el debate a tres de los aspirantes en la sede de la comisión ejecutiva federal de la calle de Ferraz y, por último, la disposición de las urnas en las agrupaciones para el ejercicio del derecho de sufragio.
¿Juego limpio? Aguilar o no se ha enterado o pretende engañar a sus lectores. Ha habido juego sucio, y no sólo porque Raúl del Pozo haya recogido las quejas de unos y otros. Citemos un par de ejemplos: Eduardo Madina impuso al aparato conocer de dónde provenía cada aval y alguien filtró a los medios de comunicación que Sánchez fue miembro de la asamblea de Caja Madrid.
José Oneto (Republica.com) lo explica mucho mejor de lo que pueda hacerlo yo.
Ha sido también el doble juego de Madina (el candidato cuyo principal eslogan era que «España necesitaba un shock de modernidad», un eslogan que retrata perfectamente ese mensaje zapaterísta del confusionismo y de la nada), lo que al final ha terminado por hundirle. Su insistencia en pedir el origen de los avales para demostrar el apoyo andaluz, como si ese apoyo tuviese unas especiales características de voto cautivo, y su intento de desprestigiar la candidatura del «señor Pedro González», como siempre le ha llamado en público durante la campaña, filtrando la pertenencia de su contrincante a la Asamblea de Caja Madrid como concejal del Ayuntamiento madrileño, han terminado por crear de él una imagen poco recomendable. Una imagen, por otra parte, un poco desconocida a pesar de su cargo de secretario del grupo parlamentario socialista. Sus intervenciones en el Parlamento han sido mínimas y, sobre todo, nada relevantes.
¿Por qué los hay que se empeñan en decirnos que las trampas chinas que hemos visto con nuestros ojos fueron en realidad episodios de un campeonato de bridge?
El segundo es Jaime Peñafiel (Republica.com), que afirma conocer tan bien Palacio y a los Borbones que se atreve a explicar cuáles son los contenidos de las conversaciones del nuevo rey.
Por mucho que se quiera, Felipe nada que ver con su padre, maestro a la hora de tratar a los dirigentes árabes. Hay que ser ingenuo para pedir al Jefe del Estado español gestiones para lograr avances en la defensa de los derechos humanos. Incluso del Sahara. Amnistía Internacional no sabe lo que dice. Es más, estoy seguro que Felipe no abordará con Mohamed VI ni tan siquiera el tema de la pesca.
Pues mira por dónde, los dos reyes hablaron del acuerdo pesquero.
Cuando no se sabe qué decir, es mejor no decir nada.
A POR EL CENTRO, PEDRITO
Los elogios que está recibiendo Pedro Sánchez de numerosos columnistas de derechas o así me recuerdan a los que recibía Alberto Ruiz Gallardón de numerosos escritores progres cuando estos decían que un PP dirigido por él ganaría unas elecciones.
Muchas militantes socialistas se han sentido traspasadas por los ojos de ‘Guapo Sánchez’. Luis María Anson también. Para el veterano periodista el colmo de la felicidad sería que José Bono formase pareja con Sánchez. Así escribe su carta de amor en El Mundo.
Lo que ha ocurrido en las elecciones del domingo es que los militantes socialistas, conforme a las posiciones de José Bono, han reafirmado, desde una izquierda auténtica, las posiciones de centro. Triunfó la moderación frente al extremismo. El socialismo ha virado ligeramente a estribor y se ha situado de forma acertada en el espacio que le puede ser más favorable para las próximas elecciones. La crisis económica ha encendido el extremismo izquierdista en una parte de la militancia socialista, y aunque las brasas derrotadas permanecen ardiendo, la sensatez ha retornado al partido.
Si fuera verdad que, tras Pedro Sánchez, está José Bono, quedaría despejado el camino para que el partido socialista pueda emprender, desde la izquierda moderada, el regeneracionismo democrático, la modernización y la recuperación electoral.
Antonio Casado (ElConfidencial.com) también habla de centro como remedio para detener la debacle del PSOE.
Lo que dejaría espacio al PP sería el populismo, la demagogia, la división interna, la corrupción, la falta de transparencia o el incumplimiento de los compromisos electorales. Esos son los demonios que vacían las urnas. Y de eso debe huir el PSOE, porque las malas prácticas quitan más votos que ir o no ir de rojos por la vida política. Al PSOE no le han robado espacio los mochileros de la izquierda imposible, sino la decepción de sus electores y el desaliento de sus militantes. Con la elección por la base del nuevo líder, que nace cargado de legitimidad y motivación, puede haber terminado el tiempo confuso abierto por Zapatero en mayo de 2010.
Paco Marhuenda, que por edad se encuentra lejos de Anson y Casado, por las ideas que defiende puede formar parte de la tertulia de los dos primeros.
Sánchez es un buen candidato a la secretaría general y a la presidencia del Gobierno por razones objetivas, aunque no coincido ideológicamente con él. En primer lugar, es un cambio en el PSOE que rompe claramente con el pasado. Es una persona joven y preparada, que no tiene el lastre de haber participado en un Gobierno que llevó a España al desastre económico. Es una persona de trato afable y educado, aunque firme en sus posiciones. Creo que es menos radical de lo que parece y no le veo acomplejado frente a Podemos. Las elecciones se ganan desde el centro y más ahora que estamos en la senda de la recuperación.
Salvador Sostres es otro derechista que recomienda a Sánchez que se sitúe en el centro.
Si los socialistas tienen que hace concesiones, que sean retóricas, y, cuando sientan la tentación de competir con Podemos, que recuerden que el mayor granero de votos está en el centro, y que la única culpa del auge de la extrema izquierda ha sido la lamentable inhibición de un PSOE que no es que no haya hecho bien su papel, sino que no ha comparecido en la escena. Del mismo modo que, en Cataluña, Convergència es la responsable del subidón de Esquerra.
Créeme Pedro. Y si Montoro continúa tomándonos el pelo, puede que hasta te votemos.
Raúl del Pozo (El Mundo) sigue deslumbrado con Sánchez, tanto que nos descubre a Susana Díaz como derechista. Y claro ‘el Guapo’ queda en el centro, entre Susana y Edu.
La gran incógnita es Pedro Sánchez. De momento, ha dejado las primarias para las calendas griegas. «Va a esperar a Susana hasta después de las autonómicas. Susana es el ala derecha del PSOE: España y Monarquía. Nunca pactaría con Podemos».
Yo no creo que Pedro Sánchez le vaya a prometer obediencia a su protectora de Triana, repitiendo el error de Zapatero con Maragall. Pedro tiene la fuerza de los votos. Pero el nuevo dirigente socialdemócrata se une a la condena del PP contra los populistas. Veremos pronto qué postura va a adoptar frente a los 60 dirigentes del PP y del PSOE que ocupan las puertas giratorias del Ibex y que él prometió arrancar de raíz.
MARCO: QUE ESPAÑA NO SEA PARA EL PSOE SÓLO ESTADO
En cambio, otro grupo de columnistas considera que al PSOE todavía le queda mucho por hacer.
Antonio Lucas (El Mundo) ha dado con una imagen de la política española que me gusta: «teatro donde el público estorba».
Pedro Sánchez quedará (si no se rebela) como la etiqueta democrática del continuismo. El Elvis del salpicadero de la nada. (…) Sólo han cambiado la edad de los manejantes.La carcasa. Quieren seguir haciendo política de ciclostil con teléfonos 4G. Podemos les comerá una porción de alpiste. A las próximas generales se suman al censo miles de votantes nuevos. Peña joven que no se reconoce en esa topera. Que pasa de ser mano de obra de una derrota, de un teatro donde el público estorba.
José María Marco (La Razón) sueña con que Sánchez se atreva a reconciliar el PSOE con España.
En cuanto a las ideas, podría empezar a dar contenido al programa y a la posición del PSOE. Felipe González vació el socialismo español de su marxismo sin darle un nuevo cuerpo de ideas. Este vacío, que entonces pareció pragmatismo, hizo posible los bandazos que vinieron luego y que están a punto de acabar con el socialismo español.
Un primer paso sería reconciliar de una vez al socialismo español con su país, que es España, la España real, la de todos, no la soñada en un revanchismo perpetuo. Si Pedro Sánchez se atreviera de verdad a empezar a sacar al socialismo de ese mal sueño, habría dado un paso de gigante para convertirse en el líder creíble de una izquierda moderna.
Cristina Losada sigue preocupada por que el Guapo no sea una repetición del Cejas.
Yo me alegro, en todo caso, de que España no vaya a tener la oportunidad de experimentar el «shock de modernidad» que pretendía darle Madina. Me parece a mí que España ya ha sufrido shocks suficientes desde 2004. No hacen falta más conmociones, sino justo lo contrario. La extrema polarización política, elevada al cuadrado en los años de Zapatero, como el alto grado de sectarismo, sin duda ha contribuido al desprestigio de los partidos y los políticos.
Quien consulte la hemeroteca comprobará que después del Congreso del PSOE que eligió a José Luis Rodríguez Zapatero, en julio del 2000, se saludaba la renovación, se certificaban las ganas de cambio en el partido, se celebraba la lección de democracia interna y se depositaban esperanzas en un dirigente desconocido para el gran público que traía un estilo de oposición razonable. Esperemos que lo de Pedro Sánchez no sea un déjà vu.
CAMACHO: ¿Y SI SÁNCHEZ HUBIERA SIDO ALCALDE?
A Ignacio Camacho (ABC) el resultado de las primarias le sirve para defender la reforma electoral del PP de que gobierne el alcalde más votado.
Con el reglamento electoral vigente en los ayuntamientos y en las autonomías, a Pedro Sánchez le podrían haber birlado la secretaría general tras su limpia victoria. Con casi un 49 por ciento de los votos, una mayoría incontestable, habría quedado a merced de un pacto entre los dos perdedores como el que su partido suele suscribir en aquellos municipios donde queda a su alcance. Va a ser interesante, pues, escuchar los argumentos del nuevo líder socialista para negarse a aceptar la elección directa de los alcaldes. A menos que esté dispuesto a defender la dudosa idea de una democracia reversible con un voto de dos legitimidades.
Pablo Sebastián (Republica.com) se ocupa de la dimisión de Oriol Pujol como diputado autonómico catalán.
Significan un reconocimiento de sus andanzas ilegales y un intento de no dañar el proceso hacia la secesión catalana. La verdadera cuestión de fondo que no sufrirá modificación alguna en la entrevista de la Moncloa, por mas que se hagan llegar a Artur Mas, desde distintas fuentes, propuestas para la mejora de la financiación catalana, la reforma federal de la Constitución e incluso el bloqueo constitucional de competencias como la educación y la enseñanza en catalán.
Al final no es con Mas con quien se debería reunir Rajoy para dar respuesta cumplida al desafío catalán, sino más bien con el poder financiero y empresarial catalán que no salen de la ambigüedad y de sus llamamientos al diálogo cuando lo que deberían pedir a Mas es que retire la consulta, por rupturista e ilegal. No en vano el poder económico catalán es el verdadero talón de Aquiles de los independentistas catalanes y los que, de verdad, si se plantan como debieran ante Mas, evitarían el famoso choque de trenes y la obligada y firme aplicación de la legalidad.
El abogado de la infanta Cristina, Miquel Roca (La Vanguardia), celebra el anuncio de la entrevista entre Mariano Rajoy y Artur Mas con el empecinamiento en que los catalanes voten… pero no sobre el idioma de enseñanza o los impuestos.
Hay mucho en juego. Y todo puede cambiar. Pero cuando el cambio es la expresión de un acuerdo gana en estabilidad y futuro. Es por aquí por donde deben ir las cosas, hablar requiere escuchar. Escuchar la voz del pueblo, darle el protagonismo que la soberanía le otorga. Y para esta función no hay ni prisas ni límites.
Concluyo con Edurne Uriarte (ABC), a la que escandaliza que el abogado Gonzalo Boye, condenado por colaborar con ETA en el secuestro de Emiliano Revilla y editor de la revista Mongolia, haya demandado a los periodistas que han recordado su curriculum.
Hay una modalidad de acoso a la derecha intelectual y periodística que es especialmente sangrante para la democracia. La de antiguos miembros o simpatizantes de grupos terroristas y actuales simpatizantes de grupos proterroristas o de dictadores que ponen demandan judiciales a quienes recuerdan esas vinculaciones.
Las últimas víctimas son Isabel Durán, Alfonso Rojo y 13TV por haber calificado como terrorista a Gonzalo Boye. Boye los ha demandado por tal motivo, y, por muy increíble que parezca, su demanda sigue adelante. Increíble para cualquiera que repase su historial. Porque Boye fue condenado a varios años de prisión por colaborar con ETA en el secuestro de Emiliano Revilla, y era, en esa época, un ciudadano chileno simpatizante del grupo terrorista chileno de extrema izquierda MIR.
Posiblemente, ha llegado la hora de una movilización colectiva en contra de este intolerable acoso a la derecha mediática e intelectual.