OPINIÓN / Afilando columnas

Losantos carga contra Angels Barceló por su defensa de Pujol: «Debe de compartir óptica con Montoro»

Alfonso Ussía: "El Padre Nuestro dedicado a Hugo Chávez parece estar escrito por Penélope Cruz"

Ignacio Camacho: "Si no fuese por la gravedad del asunto, este Pujol acorralado, desacreditado y malquisto, casi daría cierta pena"

Si George Lucas echara un vistazo a la prensa española del 3 de septiembre de 2014 no entendería nada. Tendría que recurrir a alguien que supiera español para que le explicara qué hace en todos los periódicos el doble de uno de los personajes más populares de su famosa saga ‘Star Wars’, el Maestro Yoda. Efectivamente, Jordi Pujol acapara gran parte del protagonismo de los periódicos de papel tanto de Madrid como de Barcelona, en un estrellato compartido con el ministro que hace que uno se plantee meter un diente de ajo en el bolsillo interior de la americana si tiene que acercase a él. La intervención de Montoro sobre el ex presidente catalán es indudablemente el tema de la jornada.

Como necesitamos desengrasar un poco, también daremos cuenta en esta ocasión de un divertido artículo dedicado a una de esas cosas surrealista que regala al mundo la Venezuela presidida por Nicolás Maduro. Nos referimos a la nueva versión del Padre Nuestro dedicada al fallecido Hugo Chávez que han presento los jerarcas bolivarianos.

Como cada día, hacemos sonar nuestra armónica de aforador y nos lanzamos a comentar lo más jugoso del columnismo del papel.

Empezamos en Barcelona, con un diario que fue uno de los más entregados a Pujol y al independentismo de Mas a pesar de que es propiedad de un conde con Grandeza de España. Pilar Rahola dedica al ex presidente catalán una columna en La Vanguardia titulada El tema.

El tema no es otro y no dejarán que sea otro, ahora que los contrarios al proceso catalán le han hincado el diente a la Catalunya sublevada, yugular de Pujol mediante. Hay fiesta mayor en los cortijos de la España grande, y los fariseos levantan su dedo acusador, mientras sus miserias yacen tranquilas en el armario de la impunidad. En la España del todo vale y nadie dimite, resulta que Pujol es una especie de criminal de lesa humanidad, cuya maldad es tan suprema que hasta Montoro aspira a la presidencia del Tribunal de la Inquisición.

Lo que parece que va a ser un ataque a quienes osan criticar o sospechar de Pujol toma, sin embargo un giro de 180 grados para entrar en la crítica al ex presidente autonómico:

Dicho lo cual, la hipérbole de los adversarios no quita culpa al muy honorable, cuya honorabilidad ha caído al subsuelo. Y si los hay que hacen un buen potaje con sus huesos, sólo es porque Pujol los ha cedido en bandeja de plata.

No falta, incluso, la autocrítica:

Esos murmullos de comisiones que se oyen en las sobremesas de ínclitos prohombres catalanes ¿eran una anécdota o fueron una sórdida categoría? Y las preguntas bailan con la intención de recuperar la memoria o alcanzar la verdad, ahora que aparecen los sabiondos con aquello del «todos lo sabíamos». ¿El qué? ¿Qué se sabía? Y si se sabía, ¿por qué se permitió?

¿Dónde estaba la prensa, el empresariado, la sociedad civil, la oposición, los controles democráticos? Sinceramente, de lo de Pujol, me interesa mucho más saber si la bandera y la cartera vivieron su momento de incesto, porque ahí es donde fallamos como país. Si hubo un tiempo en que un hijo usaba el nombre del padre, la patria y la causa, para engordar el bolsillo, fallamos si lo callamos, y fallamos si no lo descubrimos. Y es esa culpa la que ahora nos mancha.

Nos alegramos de ese sentido crítico, pero tal vez ella es la que tendría que responder a alguna de las preguntas. A este humilde lector de columnas se le ocurre que podría contestar en especial a dos de esas cuestiones: ¿dónde estaba la prensa? ?¿dónde estaban los controles democráticos? Ella fue política y ella es periodista.

Tomamos ahora el puente aéreo y nuestro paseo por la prensa madrileña arranca en ABC. Ignacio Camacho dedica al gran asunto de la jornada La retaguardia quebrada. Se plantea:

Si toda la élite dirigente catalana era consciente del fielato ilegal del tres por ciento -ahora parece que subía al 4,5- impuesto en las contratas públicas durante la larga hegemonía nacionalista… ¿cómo pudo la cúpula de Convergencia pensar que ese modelo exactivo quedaría al margen en un conflicto a cara de perro sobre la secesión de Cataluña? ¿Qué lumbrera calculó que el Estado se cruzaría de brazos sin utilizar tan potente arsenal al ver amenazada la integridad territorial de España?

Tal vez el motivo no es otro que la propia experiencia. Durante décadas, los diferentes gobiernos de España han mirado a otro lado mientras se producían los casos de corrupción en Cataluña al tiempo de que CiU iba adoctrinando desde el poder, a través del sistema educativo y los medios, a jóvenes y no tan jóvenes en el independentismo.

Concluye:

Si no fuese por la gravedad del asunto, por su enorme impacto sobre la convivencia de ciudadanos españoles, la situación de este Pujol acorralado, desacreditado y malquisto, casi daría cierta pena. Un líder moral repudiado, un prócer del régimen destruido, un respetable anciano de la tribu devorado por los shakespeareanos demonios del poder, del dinero y, ay, de la familia.

Pero como es tan grave, poca pena puede darnos el doble catalán de Jordi Pujol.

David Gistau prefiere centrarse en la intervención parlamentaria de Cristobal Montoro, que no sale muy bien parada o en Bravo, ministro:

Ya que el propio Montoro prácticamente ha admitido la existencia de esta simbiosis que durante todo el ciclo democrático ha sustentado la corrupción estructural, cabe terminar con otra pregunta que en realidad ya hice en un artículo anterior de este verano. ¿Quiénes más hay? ¿Cuáles son los cínicos de esa endogamia a los que aún se concede la inmunidad porque no desafían al Estado? Montoro logró ayer convertir el caso Pujol en una agresión del Estado que legitima el discurso independentista y en una invitación a sospechar de todos desde la Transición, del Rey abajo. Ole ahí.

Tampoco se presenta amable con Montoro, desde las páginas de El Mundo, Federico Jiménez Losantos. El periodista turolense titula El perseguido Pujol.

En su comparecencia de ayer ante la Comisión de Hacienda del Congreso, Cristóbal Montoro confesó que desde la primera vez que fue ministro, en el año 2000, la Agencia Tributaria conocía las actividades presuntamente delictivas de algunos de los hijos de Jordi Pujol y que abrió varias investigaciones al respecto. Supongo que quiso decir que las cerró, porque hasta que EL MUNDO empezó a publicar datos concretos sobre el gigantesco tinglado delictivo de la Semisagrada Familia de Cataluña, ni el segundo Gobierno Aznar, ni los dos gobiernos de Zapatero ni el actual Gobierno de Rajoy han hecho nada contra la banda.

Pero Losantos se muestra más duro aún con una compañera de profesión, la presentadora de la SER Angels Barceló, que salió en defensa de Pujol frente el Ejecutivo del registrador de la propiedad que creíamos metido a gobernante.


Angels Barceló debe de compartir óptica con Montoro, porque ayer tuiteaba: «El caso Pujol es repugnante. La saña con la que le persigue el Gobierno es inédita, sin precedentes». Supongo que se refiere a la financiación de la Generalidad sediciosa a través del Fondo de Liquidez Autonómica, que destina la mitad de lo que extrae del bolsillo de todos los españoles a asegurarse de que Mas paga las nóminas de su personal, incluida TV3 y otros medios de comunicación para que nadie extreme la saña contra el alma mater el corpo pater y el sursum corda nacionalista.

Al afilador de columnas le sorprende el empeño que ponen algunos periodistas de izquierdas en defender a Jordi Pujol, que es un tipo muy de derechas, de derecha nacionalista, cierto es, pero muy de derechas al fin y al cabo.

Y si desde ABC y El Mundo hay columnistas que critican al ministro de Hacienda, en el periodico de la ‘disciPPlina’ hay un artículo en el que se le elogia. El autor no es otro que el propio director de La Razón, Francisco Marhuenda. Titula La «carta novelada» de Pujol:

Montoro se mostró ayer claro y contundente frente a lo que denominó acertadamente como la «carta novelada» de Pujol. Estamos ante un escándalo de enormes dimensiones y un fraude continuado a Hacienda, así como un enriquecimiento ilícito que parece indicar que proviene de la corrupción.

Añade:

Montoro habló de clandestinidad fiscal, lo que es muy grave para quien ha sido la máxima autoridad del Estado en Cataluña, y confirmó que la Agencia Tributaria llegará hasta el final.

La pregunta, que parece no hacerse Marhuenda, es ¿por qué no tuvo esa firmeza Montoro en el pasado? No nos parece que los hechos protagonizados por Pujol sean más graves ahora que hace un década, y el propio titular de Hacienda ha reconocido que la Agencia Tributaria estudió el asunto por primera vez cuando era ministro con Aznar. ¿Por qué no se siguió adelante entonces?

Y terminamos con el toque de humor que nos permite desengrasar. Alfonso Ussía dedica un divertido artículo, Los y las delegadas, a esa sorprendente versión del Padre Nuestro que el chavismo ha dedicado a su fundador. El columnista va analizando el rezo párrafo por párrafo, pero nos quedaremos tan sólo con algunas partes:

«Santificado sea tu nombre (me suena). Venga a nosotros y nosotras tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y allá». De nuevo, la generosidad del progresismo insistiendo en la diferencia entre «nosotros» y «nosotras». Y vuelvo a la sospecha de plagio de la belleza parlamentaria de nuestros líderes de las izquierdas. Diputados y diputadas, concejales y concejalas, toros y toras, vacos y vacas.

Especialmente ingenioso se muestra Ussía en este párrafo:

«Porque nosotros y nosotras -(insisten en la condición secundaria de las mujeres)- «es» la Patria, la paz, la vida». Con todos mis respetos, esto parece redactado por Penélope Cruz. Les recomiendo la corrección inmediata. Quedaría de esta guisa: «Porque nosotras y nosotros -más feminista-, «somos» la Patria, la paz, la vida».

No nos imaginamos a Penélope Cruz escribiendo ni tan siquiera eso. Más bien se limitaría a firmarlo después de que su marido lo redactara. Concluye el artículo:

«Por los siglos de los siglos amén.( También me suena). Viva Chávez».

Me imagino al Coletas y Monedero orando en levítico trance. Extraordinario esfuerzo místico. Mucho gilipollas es lo que hay por allí.

La desgracia es que esos gilipollas han arruinado a un país y han borrado todo rastro de libertad en él, por no hablar de todos los muertos y los detenidos por oponerse al régimen bolivariano.

 

Siga en Twitter al autor de esta revista de prensa. El usuario es @chinchetru.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Antonio Chinchetru

Licenciado en Periodismo y tiene la acreditación de suficiencia investigadora (actual DEA) en Sociología y Opinión Pública

Lo más leído