Florencio Domínguez explica por qué Podemos no se presenta a las municipales
En la víspera de Todos los Santos, del PP y de Moncloa empieza a llegar una peste a muerto que a mí me recuerda mucho 1980, cuando el PSOE, sectores de UCD, empresarios poderosos (entonces no había Ibex-35), la Casa Real (que sí había) y opinadores prestigiosos se lanzaron contra Adolfo Suárez, exigiendo su dimisión o su cese.
Ayer Josep Ramoneda publicó una columna en El País, el periódico más beneficiado por Moncloa, con un título propio de esos años, ‘El obstáculo Rajoy’ en la que pedía la dimisión de Mariano Rajoy, como en 1976 se pedía la de Carlos Arias y en 1980 la de Suárez.
Rajoy carece de autoridad para convertir los problemas en oportunidades. Su dimisión y la consiguiente convocatoria de elecciones anticipadas son condición necesaria para parar el deterioro institucional.
Hoy, 31 de octubre, David Gistau cuenta en ABC, ¡en ABC, repito, que varios diputados del PP le cuentan que al Titanic del PP le conviene tirar por la borda a Rajoy para salvarse del hundimiento!
Con todo, lo más llamativo es la cantidad de diputados del PP que empiezan a decir que sería mejor concurrir a las próximas elecciones sin Mariano Rajoy. Una mayoría absoluta convertida en algo a extirpar en menos de tres años: eso es combustión espontánea. Hay tal apetencia de romper con el pasado -con un pasado al que Rajoy pertenece por completo- que en el PP comienzan a parecerse a Podemos en el sentido de que anhelan el rescate por una figura providencial y efebocrática, limpia de todas las contaminaciones que provoca la pertenencia a un sistema que ya nadie defiende. Como aparezca en la más remota pedanía un concejal del PP con coleta, me da que lo van a ungir como líder carismático aunque no quiera.
Y encima nos da una segunda noticia: varios de los agujeros de las balas disparadas por los guardias civiles del 23-F son falsas.
Hace poco me enteré por un político veterano de que es habitual que el recuento de impactos de bala del 23-F se altere con las obras y reformas. A un presidente del Congreso de hace años le desaparecieron cinco perforaciones después de que unos operarios aplicaran una mano de pintura con la misma despreocupación que aquella limpiadora del Palace que borró un dibujo que Dalí dejó hecho en una pared de su habitación. Al parecer, antes de que la noticia trascendiera, el presidente envió a otro operario con un taladro para que volviera a hacer los agujeros. Más divertido, y fidedigno, habría sido darle una metralleta, aun asumiendo el riesgo de que el trabajador, al verse en el hemiciclo con un arma de fuego en la mano, sufriera una epifanía golpista.
¿Y qué dicen hoy en El País? Pues con más suavidad que Ramoneda, siguen atizando a Rajoy. Fernando Vallespín diluye la petición de dimisión de Rajoy en la de liquidación de sus pares.
(el) PP, prácticamente condenado a prescindir de buena parte de una generación de políticos para volver a hacerse creíble. O esto o el inevitable desastre electoral. Claro que también pueden decidir no decidir. Pero eso sí que sería una tragedia: la generalización del modelo Rajoy.
Yo creía que Juanjo Millás saldría hoy, después de las filtraciones de la última encuesta del CIS diciendo que se pasaba a Podemos, pero no lo hace. Quizás la próxima semana. Se une a la campaña contra Rajoy y recurre a un tópico de la extrema derecha que en los últimos años se ha extendido por toda la izquierda: la visión conspirativa de la realidad. Rajoy está a las órdenes de alguien.
¿Conoce el último informe de Cáritas? ¿De quién recibe órdenes, a qué hora, cuál es el objetivo de su acción de gobierno? (…) ¿Con quién se ve, qué come, cuándo, a quién visita los fines de semana, qué lee, además del Marca y la prensa deportiva en general? ¿Quién le organiza la agenda: Bárcenas, el Ibex 35, la Camorra napolitana, alguien que pasa por ahí o el puro y simple azar de cada día? ¿Por qué se personó en el caso Gürtel disfrazado de acusación particular cuando debajo llevaba la toga de abogado? ¿Ve lo que ocurre y lo que desocurre al otro lado de los cristales negros de su coche oficial? ¿Por qué es tan raro? Pero, sobre todo, ¿por qué se pasa la vida presumiendo de normal?
TERREMOTOS Y PÁNICO EN EL PSOE
En el PSOE están desesperados, hasta el punto de que Jaime González (ABC) bromea con las ocurrencias del nuevo equipo de comunicación de Pedro Sánchez.
En un gesto de «mera cortesía», Pedro Sánchez le ha mandado un whatsapp a Pablo Iglesias para felicitarle por su victoria en la Asamblea de Podemos. El mensaje -cuentan- era para «no parecer maleducado»», ya que Pablo le envió previamente una felicitación -que no tuvo respuesta- cuando Pedro fue designado secretario general de PSOE.
«Por orden de la autoridad, y aunque no tenga la menor importancia, se hace saber que Pedro Sánchez le ha mandado un whatsapp a Pablo Iglesias, para que el pueblo tenga constancia de que el secretario general del PSOE le ha enviado un mensaje de felicitación sin trascendencia».
Ha bastado que Pablo Iglesias le contara a Jordi Évole que Sánchez no le contestó cuando le felicitó por su victoria en las primarias para que a los estrategas de comunicación del PSOE no les llegara la camisa blanca al cuello y diseñaran un plan integral de salvación de imagen. Para «no parecer maleducado», Sánchez le mandó urgentemente un whatsapp de «mera cortesía». Y sus asesores se encargaron de vender que el líder socialista se ha puesto en contacto con el líder de Podemos, un gesto que -al tiempo que le quitan importancia- pretenden convertir en un acontecimiento mediático.
Y al final, González le clava una banderilla a Rajoy.
Maniobras que revelan hasta qué punto una frase de Pablo Iglesias en horario de máxima audiencia provoca en el PSOE un terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter. El socialismo ha entrado en pánico y se mueve por espasmos, al socaire de la coleta mágica del hombre que les tiene acongojados. Ya se nota quién manda, ya se sabe que una palabra de Pablo bastará para llamarle. Tendría gracia que la respuesta de Iglesias al mensaje de Sánchez hubiera sido la misma que le dio Rajoy a Bárcenas: «Sé fuerte; aguanta».
Incluso en la columna de Carlos Herrera hallo un reproche al tancredismo de Rajoy, cuando el periodista andaluz recomienda cómo oponerse a Podemos.
A los españoles hay que convencerles didácticamente lo que supone el ascenso de una tropa de leninistas cabreados y prepotentes que manejan ideas rancias y caducas desde hace varios decenios, y hacerlo en los mismos foros que les han brindado su prevalencia: dialécticamente y bajando a los hechos, demostrando la irracionalidad de sus proyectos y proponiendo, paralelamente, planes conjuntos de regeneración, no palabrería de mitin. A eslóganes ganan los que no tienen nada que perder. En el manejo de las ideas ya es otra cosa, y hay que hacerlo sin la calculada postura de superioridad y desprecio -o temor- que exhiben unos y otros. Esta batalla la ganarán los líderes menos adanistas y aventureros, pero en el cuerpo a cuerpo. Los grandes partidos -y los otros, insisto- han de fajarse en una pelea para desmontar promesas de asamblea callejera. O les acabará dando un pasmo. A ellos y a casi todos, incluidos los que están dispuestos a votarles.
Uno no se imagina a Rajoy haciendo lo que sugiere Herrera, ¿verdad? ¡Cómo estamos en ABC!
Pablo Sebastián también tiene una ‘ideica’ para Rajoy: que haga crisis de Gobierno. ¡Otra vez vuelves a esto, Pablo!
Allá Rajoy, pero está claro que, cuando pase el 9N y se apacigüe el embrollo catalán, Rajoy debería abordar la crisis de su Gobierno y nominar sus candidatos electorales, dado que en el PP la democracia interna brilla por su ausencia y tampoco hay primarias que la puedan paliar. Y malo sería que Rajoy dejara pasar el tiempo antes de tomar estas necesarias decisiones para después de Navidad porque sus juegos de palabras y su infantil afición a dar la sorpresa a los medios de comunicación ya no tiene mucho sentido, porque él y su partido el PP se están hundiendo en las encuestas y entre otras cosas por su dejadez.
CAMACHO ASOCIA EL INFORME DE CÁRITAS A LA ENCUESTA DEL CIS
Ignacio Camacho (ABC) emplea el informe de Cáritas sobre la pobreza para explicar el auge de Podemos.
Es un documento complejo y con un sesgo ideológico inevitable en quienes trabajan en las trincheras de la pobreza, pero incluso amortizando sus márgenes de error refleja un panorama lacerante de empobrecimiento, un retrato en sepia de clases medias hundidas por el desempleo y el ajuste, un paisaje devastado por seis años de tormenta en el que ni siquiera el trabajo, menguado en la masa crítica salarial, garantiza a muchos ciudadanos la dignidad de la subsistencia y el acceso a algunos servicios básicos.
El informe FOESSA explica mejor que cualquier politólogo el auge irruptivo de Podemos. Esa parte de la sociedad sin horizontes -parados de larga duración, jóvenes titulados aburridos, trabajadores de baja cualificación, pequeños empresarios arruinados, familias sin acceso a prestaciones- contempla desde la desesperanza terminal una orgía de corrupción en las élites y siente hervir la sangre de decepción y de cólera. Han perdido la confianza en un sistema que les ha vuelto la espalda. Y saben que el regreso a una cierta normalidad queda a varios años de distancia. Unidos a la burguesía descontenta y a los resentidos profesionales forman los mailerianos ejércitos de la noche dispuestos a tomar la ciudadela del igualitarismo si encuentran el liderazgo que dirija el asalto. Sin nada que perder acarician el voto de la ruptura como una piedra con la que hacer trizas un escaparate vedado.
Raúl del Pozo (El Mundo) escribe una columna en la que mezcla nutrias alegres y rojos airados, ecologistas de ciudad y cabras legionarias.
los de las ciudades han inventado el ecologismo y ha estallado una nueva revuelta para defender los derechos de los animales. Hay marchas para limitar sus horarios de trabajo y erradicar los malos tratos. El motín Exkálibur fue una simbólica toma de la Bastilla.
Podemos ya promete que va a tratar a los animales mejor que a los banqueros y a los políticos de las puertas giratorias. Si gana las elecciones, licenciará a la cabra de la Legión. Y yo, que era escéptico en eso de la ecología y los derechos de los animales, he visto resucitar la nutria, aquel lobito de río, esquivo, misterioso, raro de ver, que a veces, como un relámpago, aparecía entre los juncos de la presa de la Torre.
Y Jiménez Losantos (El Mundo) nos anuncia no una, sino dos republicas en España para dentro de unos meses.
De aquí a pocos meses, en marzo o abril, proclamarán en Barcelona la República Catalana Independiente. De aquí a un año, tras las elecciones generales en Madrid pueden proclamar la República Popular o Bolivariana de los Pueblos de España, que dará a luz media docena de republiquitas al modo catalán.
Pero es la República Popular que tras la victoria electoral que ya anuncia el CIS pueden esgrimir o proclamar, según les convenga, los coletudos en Madrid lo que convierte la fractura catalana en explosión española. Si esto no cambia, vamos hacia un caos absoluto y una ruina duradera. Porque lo malo no es que en España caiga una monarquía; es que la sucedan siete repúblicas. Para empezar, dos.
Entre todas estas columnas de preocupación sobre el partido de Iglesias y Monedero, encuentro una más analítica y sosegada, la de Florencio Domínguez en La Vanguardia. El periodista navarro señala los riesgos para Podemos de no presentarse a las elecciones municipales… o de presentarse.
La negativa a presentarse a las municipales evidencia el espíritu controlador del núcleo dirigente de este partido que ya se puso de manifiesto en la forma en que afrontó el debate sobre el liderazgo registrado en la reciente asamblea de Vistalegre. Iglesias y su equipo quieren controlar el partido con mano firme, a pesar de todas las invocaciones que se hacen a la participación de las bases, al debate, a las votaciones electrónicas o a la «democracia de los de abajo», tal como se expresó Iñigo Errejón, utilizando un concepto muy extendido en México.
Podemos tiene un núcleo de dirección compacto y una potencial de base social importante, pero entre la cúpula televisiva y los círculos que están a pie de calle hay un vacío porque aún no han articulado las estructuras propias de un partido. En esas condiciones, eran limitadas las posibilidades del reducido equipo de dirigentes que encabeza Iglesias de controlar todo el proceso de formación de miles de candidaturas locales y selección de candidatos. Por ello han preferido no correr riesgos y dejar pasar las municipales a la espera de tener estructurado el partido.
Para muchos miembros de los grupos locales de Podemos las elecciones municipales no son sólo la ocasión de poder tener un cierto poder real en un ámbito especialmente cercano al ciudadano, como es el de los consistorios, sino que constituyen la ocasión de consolidar el éxito de las europeas fidelizando el respaldo popular. No comparecer conlleva el riesgo de que muchos votantes potenciales opten por volver a la abstención o apoyen a otras siglas.
A ÁLVARO NO LE MOLESTAN LOS CORRUPTOS DE CIU
La tabarra catalana, que ocupa muy poco espacio en los periodicos de Madrid, es en cambio tema de muchas columnas en La Vanguardia. (Claro, menuda perogrullada.) Francesc-Marc Álvaro se ceba en un invitado del PP a la tribuna del Parlamento catalán que dicen levantó el brazo derecho. (¡Anda que no levantaron el brazo los editores, directores, redatores y columnistas de La Vanguardia Española en otros años!). ‘El partido de la vergüenza’ se titula su columna, y no, no se refiere a CiU, esa cueva de Alí-babá.
El drama del unionismo es que siempre acaba al lado de personajes dignos del nodo. Supongo que los necesitan para llenar las manifestaciones y concentraciones de lo que denominan «mayoría silenciosa». Por eso no les pueden reñir públicamente.
Sánchez-Camacho debería saber que sólo hay una cosa que fractura de veras las sociedades abiertas, y es la complicidad con los que querrían resolver todos los conflictos montando un nuevo alzamiento y llenando los cementerios y las cárceles de adversarios políticos.
¿Y qué pasa con el catalanismo, que tiene gentuza como Jordi Pujol y sus hijos ladrones? En los últimos 40 años, los únicos asesinados por violencia política en Cataluña los han causado Terra Llibre y ETA, ambas bandas antiespañolas.
La columna ridícula del día es para Victoria Prego (El Mundo), que no se da cuenta de lo que se está jugando en Cataluña. La cantora de la Transición supone, como si fuera una abogada del Estado de la promoción de Soraya, que con el informe del COnsejo de Estado y una nueva impugnación ante el Tribunal Constitucional, ya está todo hecho.
De nuevo el Gobierno da respuesta a las absurdas tretas de Mas, que creyó, como creen los niños, que tapándose la cara quedaría al abrigo de las miradas ajenas.
No, si a los voluntarios no se les va a impugnar, lo que se va a impugnar es el comportamiento de la Generalitat, de su presidente y de todo funcionario, todo, que participe en este montaje. De modo que no le quedará otra que dejarlo todo en manos de la ANC y compañía. Bien, eso no importa porque no tiene el menor valor. Dice el PSC que no tiene sentido prohibir una movilización que no tiene efectos jurídicos. Justamente de eso se trata: de evitar cualquier implicación institucional y de privar a esa convocatoria de todo efecto legal, por remoto que sea. Se quedará al final en otra performance de los independentistas, nada más. Bien está que lo que quede el 9 de noviembre sean los bordes deshilachados de lo que un día pretendió ser un asalto en toda regla a la Constitución para desmantelar España por la vía de la más flagrante ilegalidad. Al Estado no se le engaña así como así, señor Mas.
Querida Victoria: los golpes de Estado no se paran con abogados.
María José Navarro (La Razón) escribe por primera vez una columna que merece la pena leerse sobre las esposas que no se enteran de nada de lo que hacen sus maridos, sean éstos Jesús Sepúlveda o Francisco Granados.
Mari Nieves es la mujer de Paco, una señora bien estilosa que vivía en la más absoluta de las ignorancias, que es el mismo punto donde residía Ana con Jesús, otra de nuestras musas. Mari Nieves no estaba en absoluto al tanto de los negocios de su marido.
Mari Nieves desconocía, por ejemplo, que Paco tenía dos cuentas en Suiza, mientras que tú repasas los recibos del banco que de cada apunte que le das con el lápiz le haces al papel varios agujeros. Mari Nieves, además, tampoco se había percatado de que las dos inmobiliarias en las que aparece como administradora solidaria con Paco tenían su sede social en el domicilio familiar.
Lo mejor es que Mari Nieves es doctora en Economía, ha colaborado con diversas universidades y ha impartido cursos en la Cámara de Comercio de Madrid. Pero desconocía, hala, vivía de espaldas a la realidad, igual que Ana con Jesús. Ana no usa gafas en su vida civil pero en el garaje del Jaguar pierde vista como Rompetechos. Ellas son esposas, nosotras somos sólo las mujeres, he ahí el matiz que diferencia la cuestión. Amigas, quizá llegó la hora del relax eterno. Quizá llegó el momento de reaparecer como mujeres objeto y que sean ellos quienes gestionen el monedero. Tan modernas que nos creemos y, en el fondo, estamos pasadas de moda.