¡Qué duro lo escrito por Manuel Rivas en El País contra los cambios y ceses en la RTVE de Pedro Sánchez y Rosa María Mateo tras el decreto ley por el cuál bloquearon el concurso y establecieron la nueva dirección de la casa! Leemos al insigne escritor:
«Ha liquidado una experiencia de medios de comunicación públicos (…) utilizando un procedimiento de excepción, por decreto ley, para reventar uno de los cimientos de la confianza básica que sostiene una democracia. Esa alteración ha sido seguida de inmediato de una cadena de ceses (…) un proceso de ‘purgas’. (…)»
¿Es posible? ¿Rivas solidarizándose con Sergio Martín, Víctor Arribas, Raquel Martínez o Javier Cárdenas? Claro que no. En realidad el texto de Rivas arriba reproducido no es de ahora, sino de 2012, cuando fue el Gobierno Rajoy el que intervino RTVE mediante un decreto ley (la misma medida usada ahora por el Gobierno de Sánchez para tomar Prado del Rey) (Sigue la ‘purga soviética’ en RTVE: Echan a Raquel Martínez del ‘Telediario Fin de semana’ ).
¿Se podría colegir que todos los políticos hacen lo mismo? Tal vez. Pero lo que claramente no es lo mismo es la reacción de solidaridades del mundo mediático (Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, periodistas masajistas y la purga soviética de RTVE).
Manuel Rivas dedicó aquel artículo a los profesionales que salieron de RTVE en 2012 a los que consideró ‘depurados’ en aquel momento. Citando expresamente a Ana Pastor, Juan Ramón Lucas, Xavier Fortes y a Gallego Crudo (*) «la mejor madera del periodismo español», escribió. Y como él todos los demás miembros de la prensa guay, incluido Jordi Évole, que casi pidió desde La Sexta que los cargos de RTVE fueran vitalicios (los nombrados durante la etapa del PSOE, claro). —‘The Guardian’ denuncia la «purga» del Gobierno de Rajoy en RTVE—
En cambio Rivas, Évole y todos los demás de su cuerda no ha dicho ni mu de los patadones a Sergio Martín, Arribas, Raquel Martínez o Cárdenas. Porque la política es sectaria, pero el periodismo más.
Y desde la orilla progresista siempre se gana en el tema de las movilizaciones. Hasta consiguieron que colegas internacionales como ‘Le Monde’ hablaran de ‘escándalo por los despidos del PP en TVE’ en 2012. Ninguna novedad.
Ya en 1996 cuando por primera vez llegó al poder el PP también la izquierda mediática consiguió que ‘The New York Times’ denunciara ‘una purga en RTVE’ porque Buruaga había prescindido de María Antonia Iglesias, Sotillos o Martínez Soler.
En cambio las depuraciones cuando el que las hace es un Gobierno del PSOE tienen la callada como única reacción dentro y fuera, ya sean las de 2004 con un Gobierno de Zapatero o las de 2012 con Gobierno Sánchez. Nada nuevo bajo el sol.
Por cierto Rivas tenía todo el derecho a considerar a Ana Pastor, Lucas y Fortes ‘la mejor madera del periodismo español’, pero vale la pena reflexionar sobre esa agrupación: ¿De verdad pertenece Juan Ramón Lucas a la misma ‘madera’ que Ana Pastor, Fortes y Gallego?
Puede que ideológicamente estén en orilla similar, pero justo es reconocer que Juan Ramón Lucas ha sido siempre muy respetuoso con sus compañeros periodistas y en estos años no consta ningún comentario de desprecio hacia sucesores ni antecesores en RNE y RTVE.
Cosa que no se puede decir ni de Ana Pastor (que definió su etapa en Los Desayunos como ‘la de la libertad’ como si Luis Mariñas y todos los demás presentadores antes que ella hubieran sido una panda de apesebrados), ni de Gallego Crudo, ni – por encima de todos – de Fortes, que se ha especializado en esta legislatura en arremeter contra todo compañero que no fuera de su bando siempre que ha tenido ocasión.
Piense Rivas como quiera, pero en el campo del respeto a los compañeros Fortes y Lucas no parecen la misma madera.