En el olvido preso de mil llaves
destapando en la nada cornamenta
enardecida vela sobre cumbres
polvorientas el reto desmigado.
De nadie será la puerta que estorba
con sus metales y sombras frenadas
apenas el secreto se desvele
se orientará sin duda a la estación.
La métrica imperfecta del confín
el eterno susurro de la lona
y la equidad dormida en la exigencia
acechante entre espigas late en gota.
Confiados otra vez se desentienden
y al explicar motivo hazaña y sueño
un pueblo enamorado de los toros
saturado de gasto reflexiona.
José Pómez