Un barco propio con tesoro dentro
reflexiona linterna con su luz
el tesoro no es mío es de mi primo
de los racimos mas irregular
la gavilla de rojo suena mucho
si se agita y se acerca a los oídos
brilla su amor y brilla su pintura.
En los cielos resueltos se confunden
la niebla y los colores del trineo
es como si orbitara ya la luna
la pregunta de las aves plateadas
obliga al uso del casco inventado
aparecido en casa de repente
con instante aclarado en fantasía.
No hay noches y no hay viento en ese sueño
se agita el vapor cita en las estrellas
de avenida tristona incomprensible
que derrite tristeza de la cinta
cubierto de deleite favorito
el infantil reguero y los llantos
glorifican la planta de los versos.
José Pómez