Nadie entiende el sometimiento al que sucumbió Pedro Sánchez este 6 de febrero de 2020; reunirse con Quim Torra, que ya no es presidente de la Generalitat de facto ni diputado del Parlament, pero los intereses personalistas (y de sacar adelante los Presupuestos del Estado) marcan la agenda del Presidente.
Así que Iván Redondo, jefe de gabinete y máximo estratega de las andanzas de Sánchez, ha preparado un tour catalán para esta jornada y la siguiente, apenas un día después de dar plantón al rey Felipe VI, para tratar de diluir la reunión infame con Torra. ¡Que no se note! Esa es la premisa. Pero no cuela, señor Redondo, señor Sánchez.
Y es que ante la dificultad ya propia de la reunión en la que el mal ambiente sobrevuela el encuentro, está la de que el Presidente y su equipo intentarán que no trascienda casi nada del encuentro como ya pasó anteriormente… Además, la intención de Sánchez es que sea un meeting rapidito, un ‘aquí te pillo y aquí te mato’, por lo que la frase «tenemos que irnos» será la excusa perfecta en el caso de que Torra se ponga pesado, algo que se da por hecho.
Lo que pasa es que una cosa es lo que espera uno y otra lo que se encuentra, así que el recibimiento de gala por todo lo alto y con las teles grabando bien de imágenes, terminó por dejar por los suelos las intenciones de la Moncloa.
En cualquier caso, la agenda que Redondo le ha preparado al Presidente va tan apretada como esto:
- – Encuentro con los representantes de la patronal.
- – Encuentro con los sindicatos.
- – Reunión con la alcaldesa, Ada Colau.
- – Reunión con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín.
- – Encuentro con el PSC, Miguel Iceta.
Pedro Sánchez, en el medio mismo de la penosa crisis Ábalos, con los agricultores levantados en pie de guerra y con su agenda de afrentas al Rey, se presta a reunirse con el líder del independentismo en un gesto de acercamiento. Menudo chaparrón, Pedro.
