El que sabe lo que busca, entiende lo que encuentra y previene lo que va a suceder.
La Guardia Civil debe llevar a cabo una catarsis, adaptándose a la realidad constitucional sin perder los valores que caracterizan a sus recursos humanos, que dan lo mejor de si mismo y soportan el pésimo funcionamiento de generales lastrados en la ignominia. No descubrimos nada, todo está a la vista, maltrato generalizado, discriminación totalitaria y abundancia en la sucesión de compañeros que no aguantan y optan por quitarse la vida –suicidios–. Sin duda, la base tiene sus cimientos en la pésima gestión de su organización interna y en la mala gestión de sus recursos humanos, como se ha mostrado en el caso «Mediador», como ejemplo del pésimo funcionamiento y gestión de la institución Guardia Civil.
Hemos tenido, Roldán — cabeza de turco–, ahora María, y antes otros y otras, que se fueron con recompensas y medallas, lo que comúnmente se denomina como la patada hacia arriba. Si todo fuera poco, debemos dejar patente la corrupción y graves hechos cometidos con los que solicitaban derechos constitucionales que acabaron siendo ingresados y por la fuerza, en psiquiátricos militares sin autorización de facultativo ni de consentimiento informado, y con el diagnóstico del mando, el cual era de «epidemia constitucional». Corrupción pura y dura, al más estilo nazi y sin respuesta alguna de los poderes del estado. Sentencias y Operación Columna
Si grave fue el ataque generalizado y corrupto de la casta gobernante a los derechos básicos y de salud de los demócratas de la Guardia Civil, no es menos grave el silencio y la inacción del actual ministro del interior Marlaska, el cual como político y juez ya debió de obedecer al parlamento de España y a las sentencias del TC de España y del TEDH, de Europa, y emitir un real decreto que acabara con la actuación grave y delictual cometida contra los derechos constitucionales de los guardias civiles, –UMDVERDES– devolverles el honor y la dignidad, puesto que no han cometido acto ilegal alguno por el ejercicio de sus derechos constitucionales.
Vamos a nombrar lo más grave, hay mucho más, porque ha significado un apoyo palmario y real a los corruptos, a la corrupción y al cierre a la entrada de los derechos constitucionales, en nuestra querida Institución. Nos referimos a la persecución, el encarcelamiento, las expulsiones, los ingresos en psiquiátricos, de los que ponían como era su deber la corrupción en conocimiento de las autoridades y de los mandos para que ejercieran sus obligaciones legales, como ejemplo, señalamos, a los UMDVERDES, expulsados mediante operaciones ilegales y delictuales como la “Operación Columna”. Reportaje UMDVERDES,
El próximo consejo de la Guardia Civil, va estar presidido por la nueva Directora General, va tratar protocolos y medidas de saneamiento y de control de la corrupción, algo que a estas alturas produce carcajadas y al ministro Marlaska erizársele la piel, puesto que si se quiere cambiar algo, debe empezar primero por lo primero: “Emitir por el procedimiento de urgencia un Real Decreto por el que readmita con todos sus derechos a los guardias civiles democráticos expulsados por solicitar el derecho de asociación de forma legal, pacífica y al amparo de la vigente constitución y de la sentencia firme del alto tribunal constitucional Español, entre otros.
Para terminar Ya, como decía nuestro compañero y amigo Alejandro hace unas pocas horas, treinta y tres años expulsados, como la edad de Jesús, y en semana santa. Aquí estamos y asentando nuestra obra, casi ni empezada, porque seguimos siendo los marginados del siglo veintiuno, los parias de la democracia, con bajos salarios, y carentes de derechos y de medios para ejercer nuestras funciones, peor que en el siglo pasado. El consejo próximo, y la nueva directora, así como al ministro Marlaska sólo les queda entender que deben acabar la obra de la readmisión inmediata de los UMDVERDES, para que la maldición gallega deje de perseguirlos, y sobre todo, que la paz llegue a los cementerios donde hay muchos que no descansan, que siguen en pie de guerra. Hablamos de una verdad científica que debe validar nuestro ministro del interior Marlaska, porque los errores lo perseguirán hasta que la justicia se imponga y mucho más allá si no acierta en su decisión.