Se le esta poniendo color de hormiga el panorama al marido de Begoña.
En la España de julio de 2025, las cifras hablan por sí solas y, como suele decirse, los números no entienden de ideologías.
Según los últimos sondeos, el 69% de los españoles considera que Pedro Sánchez debería dimitir como presidente del Gobierno Frankenstein, un dato que por sí mismo ya sería noticia, pero que cobra aún más relevancia al observar que el 35% de los propios votantes del PSOE comparte esa opinión.
La erosión política que sufre el Ejecutivo se agrava en un contexto de escándalos y parálisis parlamentaria, donde la percepción de desgaste y desconfianza se ha instalado incluso en el electorado socialista.
La presión popular no se limita a la dimisión: el 82% de los encuestados aboga por la convocatoria de nuevas elecciones si Sánchez abandona el cargo, mientras que solo un 15% preferiría que otro candidato socialista asumiera la presidencia.
La sociedad española, polarizada pero contundente, parece haber perdido la fe en la continuidad del actual proyecto gubernamental.
¿Qué veis en los ojos de Sánchez? 👀
Fuente: Los Meconios en YouTube. pic.twitter.com/6d51GnZ5M2
— 🇪🇸 Carla Saltarina 🇪🇸 (@CarlaSaltarina) June 10, 2025
El contexto: corrupción, crisis interna y parálisis legislativa
El hartazgo ciudadano tiene raíces profundas. Los recientes escándalos de corrupción, con el caso Cerdán y el caso Montoro como protagonistas, han dinamitado la confianza en el Gobierno.
El encarcelamiento del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y la reciente entrada de la Guardia Civil en la sede socialista de Ferraz para clonar su correo electrónico, han salpicado directamente la imagen de Pedro Sánchez.
No es de extrañar que la mayoría de los encuestados considere que el presidente estaba al tanto de las irregularidades antes de que salieran a la luz.
Por si fuera poco, la falta de apoyos parlamentarios ha dejado al Ejecutivo en estado de parálisis.
El último pleno del Congreso, que debía aprobar medidas clave como la reducción de la jornada laboral o la reforma judicial, terminó con la retirada de los proyectos ante la negativa de los socios habituales a respaldar al Gobierno.
La llamada «mayoría de investidura» ha quedado, por el momento, en papel mojado.
Una radiografía electoral: ¿elecciones inmediatas o legislatura hasta 2027?
La incertidumbre política se refleja también en las expectativas ciudadanas respecto al calendario electoral.
Si bien el 43,3% de los españoles pide elecciones este mismo año, un 49,7% cree que Sánchez resistirá y agotará la legislatura hasta 2027.
Este dato muestra una sociedad dividida entre la urgencia por abrir una nueva etapa y la resignación, o el escepticismo, sobre la capacidad real de forzar un adelanto electoral.
Datos clave de los sondeos recientes:
- El 69% cree que Sánchez debe dimitir (35% entre votantes del PSOE).
- El 82% reclama nuevas elecciones en caso de dimisión.
- Solo el 15% optaría por la investidura de otro socialista.
- El 43,3% quiere elecciones ya; el 49,7% cree que habrá que esperar a 2027.
- El 67% pide una cuestión de confianza para el presidente, reflejo del desgaste institucional.
En paralelo, los votantes de PP y Vox muestran un rechazo casi unánime al presidente (93% y 97%, respectivamente), pero el dato relevante es que el rechazo también cala entre los jóvenes (75,5% de menores de 35 años) y en un sector relevante del PSOE (35,2%).
Por contra, el 64% de los socialistas sigue apoyando la continuidad de Sánchez.
La opinión pública percibe el caso Montoro y el caso Cerdán como escándalos de gravedad similar, aunque solo un 23,6% de los ciudadanos responsabiliza directamente a Feijóo.
Este matiz es fundamental: la corrupción penaliza a quien gobierna, y el desgaste se focaliza en el actual Ejecutivo, mientras la oposición, por el momento, se mantiene al margen de la tormenta principal.
¿Qué quiere el votante socialista?
La crisis de liderazgo en el PSOE es uno de los puntos más delicados del actual escenario. Aunque la mayoría de los votantes socialistas prefiere que Sánchez agote la legislatura, el hecho de que más de un tercio reclame su salida evidencia una fractura interna.
Figuras como Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, han capitalizado ese malestar, abanderando un sector crítico cada vez más visible.
Por otro lado, los votantes de Sumar y otras formaciones de izquierda muestran una fidelidad mayor a la continuidad del presidente, aunque la incertidumbre sobre el futuro de este espacio político en caso de elecciones anticipadas es notable.
El horizonte electoral: ¿mayoría absoluta del bloque de derechas?
Las encuestas de intención de voto dibujan un panorama poco halagüeño para el PSOE. El PP y Vox sumarían mayoría absoluta en unas hipotéticas elecciones, mientras que el bloque de izquierdas se ve lastrado por la fragmentación y la falta de liderazgo alternativo. El PSOE, según los últimos datos, caería por debajo del 27% en intención de voto, perdiendo hasta una decena de escaños respecto a los comicios de 2023. La volatilidad electoral se convierte, así, en el telón de fondo de cualquier posible decisión política en las próximas semanas.
- El descontento con Sánchez es transversal: afecta tanto a jóvenes como a mayores, y tanto a votantes urbanos como rurales.
- La crisis del PSOE ha reactivado viejos debates internos sobre la sucesión y el modelo de liderazgo, con nombres como García-Page ganando protagonismo en tertulias y columnas políticas.
- El 67% de los españoles pide una cuestión de confianza, una figura poco habitual en la política reciente pero que evoca los grandes momentos de crisis parlamentaria de la democracia española.
- Las encuestas han afinado sus metodologías, combinando entrevistas telefónicas y online, para captar el pulso real de una sociedad crispada y polarizada.
- El uso de términos como «mayoría de investidura inviable» o «parálisis institucional» se ha multiplicado en los medios, reflejando el clima de bloqueo y desconfianza.
En definitiva, la política española vive un momento de esos que hacen las delicias de los columnistas: cifras récord de desafección, pulsos internos en el partido de gobierno y una ciudadanía que, entre la ironía y el hastío, se pregunta si la próxima encuesta traerá consigo algún titular menos previsible.
Porque si algo ha quedado claro en julio de 2025 es que, en política, hasta los porcentajes tienen sentido del humor.
