INQUIETUD EN LAS FILAS SOCIALISTAS

Sánchez bajo sospecha: el PSOE da por seguro que convocará elecciones anticipadas para frenar la tormenta judicial sobre Begoña y su cuadrilla

“Pedro ya tiene su No a la Guerra. Debe aprovechar la ola de Gaza”

Pedro Sanchez (PSOE) y la censura en redes sociales
Pedro Sanchez (PSOE) y la censura en redes sociales. PD

La política española nunca defrauda cuando se trata de emociones fuertes.

A día de hoy, 20 de septiembre de 2025, la sede socialista de la calle Ferraz en Madrid respira un aire denso, cargado de rumores, susurros y miradas de reojo.

Los nervios están a flor de piel.

¿El motivo?

Una sospecha creciente entre los cuadros del PSOE: que Pedro Sánchez podría estar preparando una convocatoria anticipada de elecciones generales para esquivar la presión judicial que se cierne sobre Begoña Gómez, su esposa, y varios de sus colaboradores más cercanos.

En los pasillos del partido, no se habla de otra cosa.

“Pedro ya tiene su No a la Guerra. Debe aprovechar la ola de Gaza”, deslizan fuentes socialistas con una mezcla de cinismo y resignación.

La comparación no es baladí: igual que José Luis Rodríguez Zapatero supo canalizar el rechazo social a la guerra de Irak para auparse al poder, Sánchez podría estar valorando aprovechar el ambiente de solidaridad con Palestina y el desgaste de sus rivales para adelantar los comicios y así tomar la iniciativa antes de que la situación judicial se deteriore más.

El caso Begoña y la espiral de las sospechas

La investigación judicial sobre Begoña Gómez y su entorno ha sido el detonante de este clima de incertidumbre. Las diligencias abiertas, de las que apenas se conocen detalles concretos por el momento, han servido de munición tanto a la oposición como a los propios sectores críticos dentro del PSOE. La inquietud se agrava ante la posibilidad de que la instrucción avance y salpique aún más a la dirección socialista, generando un daño irreversible a la imagen del Gobierno y, por extensión, a la marca PSOE.

No es la primera vez que los socialistas se ven en una situación límite. Sin embargo, la diferencia ahora radica en la sensación de asedio judicial y mediático, que ha llevado a algunos barones y cargos intermedios a pedir una respuesta contundente. La renuncia a la estrategia del avestruz, dicen, es ya inevitable.

Jugadas conocidas y la tentación del adelanto

El manual de la política española está lleno de capítulos sobre adelantos electorales estratégicos. No son pocos los que recuerdan cómo, en 2019, Sánchez presentó unos presupuestos “para perderlos” y así culpar a Esquerra Republicana del bloqueo institucional, allanando el camino hacia las urnas y logrando una legitimidad renovada en las urnas. El paralelismo con el presente es inquietante: la presentación de unos nuevos presupuestos, abocados al fracaso por la falta de apoyos, podría servir de excusa perfecta para activar el botón rojo electoral.

La líder de Podemos, Ione Belarra, ha puesto el dedo en la llaga al advertir públicamente que el interés súbito del Gobierno por aprobar las cuentas públicas para 2026 podría no ser más que una “jugada política” para forzar un adelanto electoral. Desde Sumar, los mensajes son similares: desconfianza hacia los movimientos de Moncloa y temor a que los socialistas busquen un salvavidas en las urnas antes de que el caso Begoña termine de hacer implosión en el partido.

El ambiente interno: entre la ansiedad y la resignación

El Comité Federal socialista, que en otros tiempos era un foro de debate sosegado, se ha transformado en un hervidero de inquietud. Algunos miembros del núcleo duro de Sánchez, según relatan en privado, ven inevitable la convocatoria de elecciones si la presión judicial sigue escalando. Otros, más escépticos, recuerdan que el presidente ha resistido crisis similares y que la estrategia habitual del PSOE es atrincherarse y esperar a que el temporal amaine.

Sin embargo, el goteo de escándalos y dimisiones –como la reciente salida de Santos Cerdán tras los registros judiciales y los informes de la UCO– ha dejado a la dirección sin margen de maniobra. La oposición, liderada por Alberto Núñez Feijóo, exige dimisiones y elecciones inmediatas, mientras el Gobierno intenta ganar tiempo con auditorías internas y gestos de transparencia.

Gaza, la “ola” y el relato electoral

La coyuntura internacional añade un elemento inesperado al tablero. El conflicto en Gaza ha generado una ola de movilización social en España, especialmente entre el electorado progresista. Fuentes socialistas consideran que, igual que el “No a la Guerra” fue el catalizador del triunfo socialista en 2004, la solidaridad con Palestina podría ser la baza que Sánchez necesita para reactivar a sus bases y frenar el avance de la derecha, al menos durante el tiempo suficiente para llegar a las urnas con opciones de victoria.

No obstante, la jugada es arriesgada. Las encuestas reflejan un desgaste notable del PSOE, aunque aún mantiene un suelo electoral sólido. El verdadero temor es que el caso Begoña termine de erosionar la confianza incluso entre los votantes más fieles, propiciando un escenario similar al que vivió el partido en 2011.

El factor Sumar y la batalla por la izquierda

En este clima de tensión, Podemos y Sumar se preparan para una posible batalla electoral a cara de perro. Los morados, liderados ahora por el tándem Belarra-Montero, ven en un adelanto electoral la oportunidad de desbancar a Sumar como principal referente de la izquierda alternativa y, de paso, cobrarse viejas cuentas pendientes con Yolanda Díaz y el sector errejonista.

Mientras tanto, la dirección de Sumar reclama al PSOE medidas ejemplares contra la corrupción y advierte de que la estabilidad del Gobierno depende de la capacidad de Sánchez para limpiar la casa antes de que sea demasiado tarde. La amenaza de ruptura en la coalición es real, aunque por ahora todos los actores coinciden en que el peor escenario sería una victoria de la derecha.

Curiosidades y datos singulares

  • La inquietud por un adelanto electoral ha alcanzado tal nivel que en las últimas reuniones internas del PSOE se han multiplicado las consultas a expertos en derecho electoral sobre los plazos y procedimientos para una disolución exprés de las Cortes.
  • Fuentes del partido reconocen en privado que el “efecto Gaza” es una de las pocas bazas que quedan para movilizar al electorado progresista en un contexto de desgaste generalizado.
  • La primicia sobre el temor interno a un adelanto, adelantada por Ketty Garat en The Objective, ha tenido un impacto inmediato en la agenda política y ha obligado a la dirección socialista a reforzar la disciplina interna para evitar filtraciones.
  • En los pasillos del Congreso circula una broma: “Si Sánchez convoca elecciones ahora, ni la pitonisa Lola podría predecir el resultado”.

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