El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, ha centrado su duelo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Debate sobre el estado de la Nación en recriminarle que, después de llegar a La Moncloa en 2004 «andando y con el apoyo de los trabajadores» se vaya a ir «levitando, con el aplauso de la banca» por haber claudicado ante los mercados, una acusación que el jefe del Ejecutivo negó apelando a lo que bautizó como «principio de responsabilidad».
Ridao admitió que su rifirrafe con Zapatero «en los estertores de la legislatura» quizá sea el «más intranscendente» de todos los que han compartido porque el presidente «ya ha decidido quemarse en lugar de apagarse» incluso a costa de «hipotecar el futuro de muchas generaciones por subordinar política a la economía y debilitando el estado del bienestar».
Por eso le ha exigido una rectificación y le ha avisado de que ya sirve de poco exhibir el espantajo del miedo a la derecha y de que no debe «extrañarle» de que incluso para una parte de su partido «ya sólo valga lo que vale su potestad de convocar elecciones». Está en su derecho de continuar obstinadamente haciendo lo mismo, pero el éxito de un gobernante es inversamente proporcional al número de ciudadanos que es capaz de defraudar. Usted llegó andando con el apoyo de los trabajadores y se va levitando con el aplauso de la banca».
SEGUIMOS «EN LA CIENAGA DEL ESTANCAMIENTO»
Ridao le ha afeado que en lugar de optar por una salida social a la crisis haya «fustigado a la ciudadanía con el núcleo duro de la derecha europea con una austeridad ciega o masoquista» y políticas injustas que sólo benefician a los privilegiados y que se han demostrado ineficaces. «Seguimos chapoteando en la ciénaga del estancamiento», ha señalado, recordando que la tasa de paro española es similar a la de Mozambique o Sudán y que, por contra, los países que no han seguido los dictados del FMI, como China, «van como un tiro».
El dirigente de ERC ha defendido las políticas de austeridad, pero haciéndolas compatibles con el bienestar, la eficiencia y competitividad. «Hay que atacar el déficit, pero sin obsesionarse y a largo plazo porque la austeridad ciega mata la inversión y sin inversión no hay crecimiento ni empleo», ha avisado, instando a Zapatero a retomar «el control de las finanzas públicas», pero aparcando el «dogma neoliberal». «Ha abrazado la fe del converso y ahora su política económica se parece como dos gotas de agua a la de la derecha», ha sentenciado.
Ridao ha emplazado a Zapatero a «discutir las prioridades de gasto», recordándole que los 400 millones gastados en Afganistán o en «obras faraónicas» como el AVE Toledo-Albacete que acaba de ser clausurado por falta de pasajeros. «La Administración del Estado se ha adelgazado ni un solo miligramo, pero el gasto social sigue estando muy por debajo de la media europea», se ha quejado.
PROGRESIVIDAD FISCAL
También le han invitado a reformar el sistema fiscal para que la carga de la crisis no recaiga principalmente en los trabajadores, cuyos salarios bajan mientras los beneficios empresariales no han dejado de crecer.
Desde su punto de vista, el Gobierno todavía tiene margen para «una gobernanza política de la economía», que debe comenzar por la reforma del sistema financiero. «Deje de ser aparcero de la banca», ha rogado Ridao, quién también ha reclamado se tomen medidas para poner fin a la violencia que «suponen los desahucios que sufren miles de familias», reclamando directamente la conocida como dación en pago, una petición a la que Zapatero no contestó.
Zapatero ha replicado a las acusaciones de que se ha «claudicado» ante los mercados negando la mayor y apelando a lo que bautizó como el «principio de realidad» que hay que asumir si está en el Gobierno y se actúa «con responsabilidad».
ZAPATERO RECHAZA LA CRITICA «FACIL»
«No cambiamos por capricho, sometimiento ideológico o claudicación, sino por sentido de responsabilidad con este país y para evitar consecuencias que habrían sido mucho más negativas para la economía y las políticas sociales», contestó el presidente, tildando de «fáciles» las críticas de Ridao y arrancando el aplauso de la bancada socialista cuando proclamó que tiene, mantiene y ha mantenido sus «principios».
«Usted llama claudicación al principio de realidad, para mí no lo es porque la no adaptación al principio de realidad hubiera sido sencillamente irresponsabilidad y problemas irresolubles ante los mercados, ante los que nos prestan dinero. Esto no es de izquierdas ni de derechas, es de sentido común o lo asumes o no lo asumes», zanjó.
Antes de repasar las medidas adoptadas por el Gobierno para que la crisis tuviera un mayor impacto en los que tiene «mayor capacidad económica», recordó al dirigente de ERC que el Ejecutivo hizo «un gran estímulo fiscal hasta que fue posible», pero que por mucho que se haga «en favor de la progresividad fiscal» ésta tendrá «siempre sus limitaciones» debido a la «base fiscal» que tiene España.
A la exigencia de que la izquierda «esté en el Gobierno de una puñetera vez» que le hizo Ridao, Zapatero contestó: «Eso está bien como juego de palabras, pero este ha sido desde el primer día un Gobierno de izquierdas, que cuando ha tenido condiciones normales ha hecho políticas nítidamente de izquierdas pero cuando se han puesto muy adversas para la derecha, la izquierda y el centro, ha hecho una política para salvar el riesgo que tenía este país de no poder sobrevivir financieramente y para preservar al máximo el estado de bienestar social».
UN AÑO CON SENTENCIA DEL ESTATUT
El día en que se cumple un año de la sentencia del Tribunal Constitucional, Ridao aprovechó para volver a señalar que ese fallo supuso un «desagarro» entre Cataluña y el resto de España, reivindicar el «derecho a decidir» de Cataluña y a avisar a Zapatero de que el próximo objetivo del catalanismo es el concierto económico.
También ha reprochado al presidente que la «España plural» que propugnó en su primera legislatura esté ahora en «un cementerio frío», que quiera «tutelar la autonomía financiera» de las comunidades y que sea «más eficaz» el pacto presupuestario PSOE-PNV a cambio del traspaso 11 transferencias, que el hecho de que millón y medio de catalanes se echaran a la calle para rechazar la sentencia del TC que, a su juicio, supuso un «fracaso del españolismo».
Zapatero se quejó de que ahora que hay Estatut se utilice una sentencia que limita muy poco «en términos jurídicos» como nuevo motivo de conflicto y dijo no entender que cuanto más autogobierno hay en Cataluña se diga que la «desafección» con el resto de España es mayor. También mostró su «profundo respeto» por ese autogobierno y garantizó que su Gobierno no tiene «ninguna voluntad de asimilación».
Ridao calificó de «exterminio lingüístico» del catalán la política que en esta materia desarrolla el PP en Baleares y la Comunidad Valenciana. «Estaré siempre en contra de quienes quieran utilizar el tema de la lengua para fines políticos», respondió el presidente.
