Se pudieron manos a la obra en algunos municipios de Murcia para cortar de raíz el nudismo de algunas de sus playas, junto a otras prácticas (como evitar animales, juegos de pelota, reserva de espacios desde primera hora), con el fin de encontrar una mejor convivencia. Pero han conseguido todo lo contrario, al menos en lo que a los que gusta de bañarse sin ropa se refiere.
En los murcianos San Pedro del Pinatar y Mazarrón, ambos gobernados por el PP, más de 6.500 personas han firmado ya contra la nueva ordenanza que castiga con multas el nudismo, unas sanciones que entrarán en vigor el 24 de julio de 2017.
Para la Federación Española de Naturismo (FEN), esta prohibición es «ilegal e inconstitucional», y su presidente, Ismael Rodrigo, explica que la legislación española «permite el nudismo en cualquier espacio público», no solo las playas y, por tanto, ningún ayuntamiento puede prohibirlo.
El desnudo integral en público fue considerado delito de «escándalo público» hasta 1988, cuando se suprimió del Código Penal, y hay una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en contra de estas prohibiciones al considerar que la desnudez forma parte de la libertad de expresión.
La guerra de los desnudos está servida.