La ‘vieja guardia’ marca cada paso del presidente
«Existen sólidos indicios de que Zapatero presentará su dimisión después de que dé a conocer el contenido de la reforma del sistema de pensiones». Así lo transmiten fuentes de toda solvencia del guerrismo, dentro de la vieja guardia, una de las corrientes más preocupadas por el futuro del socialismo en España.
«Se trata de que acabe sus años de Gobierno como el salvador de una gran protección social», dicen las fuentes referidas al tiempo que vaticinan que «Zapatero cederá el testigo a Rubalcaba para que el PSOE, en la medida de lo posible, salve los muebles en las elecciones de mayo». El 28 de enero el Ejecutivo cierra las reformas más incómodas con la presentación de la de las pensiones. Para mayo, las encuestas auguran una catástrofe socialista en toda regla.
«Existen sólidos indicios de que Zapatero presentará su dimisión después de que dé a conocer el contenido final de la reforma del sistema de pensiones». Esto es lo que transmiten en privado destacadísimas e informadas fuentes del guerrismo, corriente hoy laminada como tal en la estructura interna del PSOE y a la baja en influencia ante sus correligionarios. Ahora bien, encuadrada en la vieja guardia y, como tal, informada, expectante y preocupada ante el futuro del socialismo español tras José Luis Rodríguez Zapatero.
El día 28 cierra las reformas más incómodas con la presentación de la de las pensiones. Las encuestas ya confirman una tendencia sostenida en el tiempo queaugura una catástrofe electoral socialista en toda regla (con el Partido Popular entre 14 y 18 puntos por encima del PSOE).
El Partido Socialista lo asume y ahora trata de «salvar los muebles» para que la debacle no sea tan grave y comprometa la viabilidad del partido, como auguran los sondeos.
«Se trata de que acabe sus años de Gobierno como el salvador de una gran prestación social» (las pensiones), prosiguen las mismas fuentes, quienes añaden que tras acometer el cambio en la que se considera como la médula espinal del denominado Estado del bienestar, «Zapatero presentaría su dimisión cediendo el testigo a Alfredo Pérez Rubalcaba, ya presidente de hecho, quien entonces, antes de mayo, asumiría la presidencia para que el PSOE, en la medida de lo posible, trate de salvar los muebles».
Tras la autoenmienda económica a la totalidad que el presidente dio a conocer en mayo, apenas tres días después de haber negado a Mariano Rajoy en el Palacio de La Moncloa la posibilidad de acometer la reducción drástica del déficit que le demandaba, llegó el turno de la remodelación del Gobierno y de Ferraz.
El presidente dijo adiós explícitamente -o le hicieron decir, como tantos socialistas cuentan- a cualquier atisbo feminista de cuotas,jóvenes apuestas personales y arriesgados y polémicos proyectos. En Ferraz el felipismo y los barones apostaron por Marcelino Iglesias en sustitución de Leire Pajín (recolocada en la cartera de Sanidad), mientras se suprimían banderas como la del
Ministerio de Igualdad.
El titular de Interior y ex portavoz de los estertores del felipismo, Alfredo Pérez Rubalcaba, asumía el mando del Ejecutivo incorporando a sus atribuciones la vicepresidencia primera y la portavocía del Gobierno, tal y como demandaban desde la vieja guardia, medios afines y algunas baronías.
Sin embargo, desde entonces la presión de los mercados ha seguido sin dar tregua mientras el Ejecutivo ha tenido que afrontar, además de las reformas impopulares que reclaman desde la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que Zapatero ha asumido como propias (incluso ahora, elevándolas a las más sociales posibles), crisis como la del Sáhara o la del chantaje de los controladores aéreos que, por si fuera poco, han derivado en la imposición del estado de alarma.
Originalmente publicado en La Gaceta.