No tiene redención posible. Ni parece que tampoco lo desee.
Fernando Simón, el director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha vuelto a quedar retratado con otra de sus afirmaciones que pasará a la posteridad.
La cara visible del Gobierno de España para informar sobre la pandemia del coronavirus aseguró sin ningún ápice de duda que la nueva cepa del Covid-19, la británica, sería residual. Vamos, como cuando hace justo un año, en el arranque de 2020, manifestaba que en nuestro país el virus no pasaría de un par de casos.
Pues bien, si Juan Carlos I, el rey emérito, tuviera la oportunidad de decirle algo a Simón, a buen seguro recuperaría su famosa andanada contra Hugo Chávez y su famoso «¿por qué no te callas?»
Lo que queda claro es que las sentencias del director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias Sanitarias duran menos que un caramelo a la puerta de un colegio.
Prácticamente fue decir de manera tajante que los contagios de la nueva cepa serían residuales a demostrarse justo todo lo contrario. Esta dispara los contagios hasta un 70%.
Fernando Simón, sobre las nuevas variantes del coronavirus: «El impacto de la variante, en caso de tener algún impacto, será marginal en nuestro país».
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— RTVE Noticias (@rtvenoticias) January 11, 2021
CRÍTICAS DE EXPERTOS SANITARIOS
José Manuel Bautista, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, en declaraciones al diario ABC, pone a escurrir a Fernando Simón por su cada vez más evidente falta de autoridad y de fiabilidad en sus afirmaciones:
No tiene autoridad, porque él mismo la ha ido perdiendo. Puso en duda el uso de las mascarilla, la transmisión del virus por aerosoles… Predice muy mal y es poco cuidadoso porque hace aseveraciones que en el ámbito científico se evitarían hacer. Podría haber dicho que no se sabe el efecto que tiene.
Bautista lo ilustra con un claro ejemplo:
La variante británica tiene un incremento del 0,4 y 0,7 más que la variante normal (aproximadamente de 1,5) en el número de reproducción o tasa R, es decir, el número de contagios que produce un enfermo. Este aumento hace que la nueva variante llegue a una tasa R de 1,9 a 2,2, es decir, que de cada 10 personas que tienen la enfermedad lo pueden transmitir a 19 o 22 nuevas personas. Esto incrementa un 70 por ciento la transmisibilidad de la infección y aunque es cierto que la cepa tiene aparantemente menos letalidad, si hay mas gente infectada el resultado es, indefectiblemente, más fallecimientos.
Y no es el único en poner en solfa las afirmaciones de Simón. Por ejemplo, el médico de Familia Vicente Baos pone a caldo al epidemiólogo gubernamental:
Yo lo he escuchado varias veces y emplea mal un tiempo verbal y es lo que ha provocado la confusión. Hubiera sido muy fácil decir que ahora no ES un factor de la extensión del virus y no sabemos si en el futuro lo SERÁ.
— Vicente Baos 🇪🇺🇪🇸 (@vbaosv) January 12, 2021
Negar el riesgo que supone es como decir que en España iba a haber uno o dos casos cuando Italia se desbordaba.
— Vicente Baos 🇪🇺🇪🇸 (@vbaosv) January 11, 2021
No, otra vez no. Lo de los casos anecdóticos de la nueva variante. la culpa es del comportamiento. ¿Ha aprendido algo o es ya una caricatura de sí mismo? https://t.co/KG8q9d7BFw
— Vicente Baos 🇪🇺🇪🇸 (@vbaosv) January 11, 2021
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