Carlos Carnicero – ¿Se puede acelerar la campaña?.


MADRID, 4 (OTR/PRESS)

Los niveles de indiferencia de los ciudadanos con respecto a la campaña electoral son proporcionales a la falta de calidad del debate político y a la poca enjundia de los lideres. En realidad José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy no están pensando en Bruselas sino en la administración de los resultados en clave española, para las sucesivas convocatorias electorales que culminarán en La Moncloa en el año 2012.

Con esa perspectiva, los esfuerzos movilizadores de última hora tienen pocas posibilidades de cambiar el escenario de participación porque el desencanto está establecido en la sociedad y el peligro de desafección de la política es mayor que en cualquier otro momento de nuestra historia reciente.

El pensamiento innovador está atrapado entre la premura de la vida cotidiana, la velocidad mediática de las nuevas tecnologías y la preocupación única de los partidos de salvar el día a día. El tiempo de los estadistas parece sepultado por la precariedad demoscópica. El domingo por la noche sabremos si Mariano Rajoy es un cadáver político o va a seguir en la UCI de las contradicciones de su partido. Y sabremos también si el presidente de Gobierno confirma un declive que empezó en las elecciones gallegas.

En realidad, el domingo será como una tarde de toros con ganaderías mediocres y maestros fuera de cartel. Pero esos son los tiempos que nos ha tocado vivir y con ese panorama no parece que vaya a haber colas para conseguir entradas porque el espectáculo es muy pobre.

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