Francisco Muro de Iscar – Nos van a freír a impuestos.


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

Almunia, Gómez Navarro, Jordi Sevilla, David Taguas, todos socialistas, leales al partido piden más medidas, más profundas, más serias, pero nadie les hace caso. Nadie en el Gobierno, porque en otras filas, no sólo en las populares, también en las empresariales, todo aquel que se pone a tiro escucha lo mismo: esto va mal, éstas medidas son para hoy y hambre para mañana. Pero el Gobierno, con Salgado o con Campa, que sigue sin saberse, se limita a subir los impuestos del tabaco y la gasolina y, encima, lo hace apelando al ecologismo y al mantenimiento de la sanidad pública. El céntimo sanitario ya estaba inventado y la tasa ecologista, también. Y no funcionaron. Pero lo que se soporta mal es que se camufle la verdad. Hace pocos días, justo antes de las elecciones (casualidad), estallaban los «brotes verdes» y ahora, pasadas las elecciones (otra casualidad), sólo tenemos plantas secas.

Las Cámaras, que mueve con inteligencia el ex ministro Gómez Navarro, piden un recorte «dramático» del gasto público del Gobierno y de las comunidades autónomas, reducir las cotizaciones a la Seguridad Social -entre 9.500 y 15.000 millones de euros- y subir el IVA. «Es un escándalo, dice el ex ministro socialista, que el año pasado el número de empleados públicos aumentase en 156.000 personas». Más personal, pero la misma ineficiencia y un lastre para el sostenimiento de la economía. Las Cámaras han presentado 132 propuestas para salir de la crisis, pero el presidente no negocia ni con el PP ni con la patronal. Dicen que se ve «en secreto» con los sindicatos, pero desde hace años éstos están tan domesticados por las subvenciones públicas y por la ideología de alquiler que ya no representan a los trabajadores. Mucho menos a aquellos que cada día se quedan sin empleo.

Salir de la crisis debería ser el objetivo básico, pero el «cambio de modelo» de momento es papel mojado. La izquierda española, como la europea, está tan desnortada que no sabe ni siquiera hacer política de izquierdas. Aplica medidas sin programa y la crisis se nos come a todos.

No hace falta ser catedrático de Economía ni máster en nada para adivinar que antes de dos años algunas autonomías y no pocos ayuntamientos entrarán en «concurso de acreedores» y pedirán que papá Estado les pague sus deudas. No hace falta ser un lince para saber que el déficit está desbocado y que el Estado va a quedar endeudado dramáticamente para un montón de años y que va a ser difícil financiar a cuatro millones de parados de larga duración.

¿Y qué hace el Gobierno? Progresismo de salón. Quitar de fumar a los más pobres, suprimir deducciones por la compra de vivienda, encarecer el transporte por carretera, hacer que paguemos más cara la electricidad con el cierre «ideológico» de Garoña, acabar con los chiringuitos en la playa, legislar sobre el aborto. De momento. Pero no tengan ustedes ninguna duda: estudia subir todos los impuestos posibles. «Cualquiera menos el IVA», como ha dicho un alto cargo. No tiene una política económica -ni de izquierdas ni de derechas- pero necesita recaudar más. Nos toca pagar.

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