MADRID, 10 (OTR/PRESS)
Un viejo aforismo militar sentencia que una orden seguida de contraorden equivale a desorden. Trasladado al mundo de la política y el de la comunicación lo hemos visto reflejado en las declaraciones del ministro de Economía deslizando la idea de un eventual repago sanitario por cuenta de quienes ingresan más de cien mil euros anuales y la insólita réplica desautorizando la opinión del ministro por parte de Carlos Floriano, portavoz del PP, quien relegó lo dicho por el ministro al rango de una simple opinión del «señor de Guindos». La expresión es textual.
Sin entrar en la cuestión de fondo: la necesidad de allegar las fórmulas de ahorro y reorganización que permitan garantizar la pervivencia, universalidad y gratuidad del sistema nacional de salud, creo que dada la suspicacia social que rodea este asunto del mal llamado «copago». Sin excluir la simple descoordinación, creo que hemos asistido a una suerte de reparto de papeles en un ejercicio de globo sonda. De Guindos lanza la flecha (en nombre del Gobierno) y Floriano la rebota al vuelo (en interés del partido). A partir de ahí, los analistas de La Moncloa habrán tomado nota del efecto y de los eventuales daños políticos colaterales y, tras ponderar los resultados de la jugada, elaborarán lo que en el argot se conoce por un «paper», un informe breve que será depositado en la mesa del despacho del presidente y de los ministros afectados. Si no fuera porque el asunto que está en el telar es muy serio -tanto que en este caso lo apropiado sería hablar de la mesa de operaciones-, habría poco que decir sobre este tipo de prácticas de sondeo indirecto a las que recurren todos los gobiernos. Lo que ocurre es que, según aconseja otro viejo aforismo, no es aconsejable jugar con la cosas de comer. Para el caso, con los asuntos relacionados con la salud. Este asunto enerva a propios y extraños, incluidos los votantes del PP.
Si el Gobierno sabe ya lo que pretende hacer con el sistema público sanitario, que se deje de globos sonda y que lo diga. A poder ser, por boca del propio Mariano Rajoy. Ya que es notario, para que conste en acta.
