Andrés Aberasturi – Y a las cajas y a los bancos, ¿qué les vamos a exigir?


MADRID, 11 (OTR/PRESS)

Quiero pensar que en todos los países pasa lo mismo, que las sociedades son como son, los partidos en las democracias juegan su papel según estén en la oposición o en el gobierno y los medios se enzarzan en discusiones tantas veces estériles. Las sociedad, como los individuos, resultan contradictorios, en ocasiones inexplicables, muchas veces frívolas y otras, también, heroicas. Viene esta larga disquisición a cuento de la polémica suscitada por culpa de los cien mi millones de euros que presta Europa para sanear el sistema financiero español. Y aunque siento una cierta renuencia a los refranes y las fábulas, esto es lo mas parecido a la discusión de si son galgos o son podencos o, en mas reciente, a la famosa frase que un dirigente, creo que chino, le dijo a Felipe González: la de que daba igual que los gatos fueran blancos o negros, que lo importante era que cazaran ratones. Pues eso.

Aquí el debate es si nos han rescatado, si nos han intervenido, si nos ayudado, si nos han… Pero coño, hablemos de los cien mil millones, de cómo se van a repartir, de cuánto nos van a costar, de que se va a pedir a cambio a los bancos y cajas que se beneficien y, sobre todo, de si esto era o no necesario. Podemos perdernos en una discusión infinita para darle un nombre al hecho, pero por qué no empezar ya a ver que frutos puede dar ese árbol millonario que nos ha plantado Europa con el aval del Estado.

Y la oposición sabe perfectamente que esta ha sido no solo la mejor medida sino la única posible. Y cuando solo hay una solución, lo importante es que se llegue a ella. Y lo sabe hasta IU que se puede permitir el lujo de entonar el canto del cisne porque desde fuera vale todo. Y lo sabe aun mejor el PSOE -con un Rubalcaba más moderado- porque su gobierno, el gobierno del que él formó parte fundamental, cometió los mismo errores que el de Rajoy solo que más tiempo y encima pronunció aquella famosa frase que hoy todos recuerdan de que nuestros bancos eran los mas sólidos del mundo mundial. Y es que lo que conviene que la gente sepa es algo que no me cansaré de repetir cuando se piden comparecencias -con las que estoy de acuerdo- de quienes puedan haber sido responsables de los desastres, sobre todo, de la cajas. Lo que hay que saber es que además de los presidentes, en los Consejos se sentaban representantes de los partidos, de los sindicatos y hasta de los clientes. Y es verdad que la ultima responsabilidad la tenía el presidente, pero si un consejero veía que aquello iba de mal en peor, su obligación ética e imagino que jurídica, era denunciar las actuaciones irregulares. Que yo sepa, nadie ha abierto la boca en estos años del despilfarro, así que las responsabilidades habrá que repartirlas también entre muchos ideologías y muchos intereses.

Y ahora queda la letra pequeña de esta inyección millonaria. ¿Qué se va a exigir a la entidades ayudadas no sólo por Bruselas sino por el propio Gobierno de España que es quien avala? Porque sin caer en extremismos y siendo conscientes de que el sistema financiero es básico para una sociedad occidental, lo que no es de recibo es que todo sean ayudas a cambio de nada. Y ahí si que yo me indigno y exijo medidas radicales en la fluidez del crédito, en el abusos de cobros al impositor hasta para sacar su propio dinero, en los miles y miles de viviendas, expropiadas o no, que ahora son propiedad de las entidades financieras etc. Nosotros, los españoles avalamos los cien millones para cajas y bancos. ¿Qué nos ofrecen a cambio ellos? Y si no ofrecen nada ¿qué se les va a exigir? Esa exigencia que no sólo es posible sino legítima y moralmente necesaria, haría más digerible el cabreo nacional contra un sector que nos exprime y nos pide cada día más y a cambio nos da cada día menos.

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