Victoria Lafora – La lista.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

El sempiterno satisfecho ministro Montoro se nos muestra, una vez más, henchido de gozo por el supuesto éxito de la amnistía fiscal. Si es ya de por sí indignante para los sufridos contribuyentes, a los que el Estado detrae desde el 24,75 hasta el 52 por ciento de sus ingresos, que unos declarados defraudadores se vayan casi de rositas, pagando un ridículo gravamen del 10 por ciento de lo defraudado, ¿cómo se les queda el cuerpo al enterarse de que, con esta injusta y perversa medida, solo se ha conseguido aflorar menos de la mitad de lo que el Gobierno había previsto? ¡Menudo fiasco! Resulta que se han acogido a esta amnistía unos 31.000 contribuyentes con una declaración media de 37.000 euros más o menos. Cifra esta muy alejada de lo que pudiera considerarse una gran fortuna.

Que se lo pregunten al señor Díaz Ferrán, otrora patrón de patrones y martillo de herejes, que se dedicaba a dar lecciones de patriotismo y aconsejaba a los españoles, para salir de la crisis, «trabajar más y cobrar menos». ¡Menuda cara! Resulta que el ínclito ¿empresario? ha sido finalmente detenido, acusado de blanqueo, evasión de capitales (50 millones), insolvencia punible, vaciamiento patrimonial de la compañía y ocultación de bienes. Aun yendo por delante la presunción de inocencia, faltaría más, los trapicheos de don Gerardo no auguran nada bueno para él. A no ser que los elementos, léase las leyes y las tardanzas de la justicia, desemboquen en ese océano en el que se han disuelto tantas otras chorizadas: la prescripción.

Porque esa es otra; en el caso de la amnistía, gran parte de los capitales ocultos al fisco se han beneficiado de la interpretación más que generosa que se ha hecho de la propia ley, y han prescrito. O sea, otro mordisco más a una magra recaudación que repercutirá indudablemente en el déficit.

Así las cosas… ¿de qué se alegra tanto el ministro de Hacienda? ¿Del perjuicio que la medida ha ocasionado al prestigio de la inspección? ¿Del precedente que crea, desinflando el ánimo de los contribuyentes honrados? ¿Qué van a decirle al autónomo que les pregunte si la factura se la emiten con IVA o sin IVA?

A propósito, ¿qué fue de la famosa lista Falciani? ¿Por qué no se han hecho públicos los nombres de los supuestos defraudadores con cuentas en Suiza? ¿Se han acogido a la ley de amnistía? ¿Va el Gobierno, a partir de ahora, a endurecer las leyes y a aplicarlas hasta sus últimas consecuencias?

Porque solo así, como hacen, por ejemplo, en los EE.UU., metiendo en la cárcel a quien nos defrauda, podremos acabar con esta apestosa lacra.

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