MADRID, 22 (OTR/PRESS)
Teresa ha ganado la batalla. Nada menos que ha derrotado al ébola, un virus maldito que su solo nombre nos hace temblar. Y su triunfo lo sentimos como nuestro porque durante éstos días buena parte de los ciudadanos hemos estado pendiente día a día, casi hora a hora, de la batalla que libraba Teresa en esa hermética planta sexta del hospital Carlos III de Madrid.
Aún tiene que librar otras escaramuzas para estar definitivamente curada ya que algunos órganos, como riñones .hígado y pulmones han sufrido los efectos devastadores del virus.
Con la curación de Teresa llega la hora de la reflexión, de sacar consecuencias de lo sucedido, de rectificar lo mal hecho que en su momento fue mucho.
Teresa ha ganado al ébola pero al frente de Sanidad continua Ana Mato lo que en si mismo es un despropósito. La ministra ha demostrado que no está a la altura de la responsabilidad que le han encomendado. De la misma manera que Ignacio González continúa manteniendo en su puesto al inefable consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid, ese que con todo descaro se atrevió a decir que Teresa no decía toda la verdad, que había ocultado información.
Y no es de recibo que los dos principales responsables políticos de luchar contra el ébola continúen en sus puestos. En realidad supone una burla para los ciudadanos.
Otra lección a tener en cuenta es la necesidad de que España cuente con un hospital de referencia sobre enfermedades tropicales. Lo teníamos. Era el Carlos III, donde se ha curado Teresa, pero que había sido desmantelado por obra y gracia del PP. Los populares tienen una concepción mercantilista de la sanidad, y los responsables de la sanidad madrileña, avalados por el ministerio de Sanidad ,no se les había ocurrido otra cosa que desmantelar éste centro donde hasta ahora trabajaban los mejores expertos en medicina tropical.
Me gustaría oírle decir al presidente Rajoy, o a Ignacio González, que el hospital Carlos III volverá a ser lo que era, que van a deshacer el error. Me gustaría escuchar a Pedro Sánchez o a Tómas Gómez, incluso a Pablo Iglesias, decir en voz alta que si ganan las elecciones en Madrid y en el resto de España se comprometen a que la sanidad pública vuelva a ser totalmente pública ,que no se gestionará con otro criterio que no sea el del cuidado de la salud de los ciudadanos y no con criterios de rentabilidad y que por tanto el hospital Carlos III volverá a ser un centro especializado en investigación y enfermedades tropicales.
También me parece obvio que se debe de reflexionar sobre lo que supone que en momentos de crisis no hubiera una sola dirección y una sola voz. La gestión de la crisis fue un desastre hasta que no se nombró un comité científico y tomó las riendas la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Pero hoy celebremos que Teresa ha ganado la batalla por la vida. Felicidades.
