OPINIÓN

Manuel del Rosal: «Gobierno y medios de comunicación: paradigma del fariseísmo»

Manuel del Rosal: "Gobierno y medios de comunicación: paradigma del fariseísmo"

El único pecado que Dios no perdona es el de la hipocresía porque el arrepentimiento del hipócrita es en sí mismo hipocresía”

“La sociedad es un ente podrido que se mantiene bajo el hielo de la hipocresía” Enrique Jardiel Poncela, dramaturgo español

“Ay de vosotros hipócritas y fariseos, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro siguen sucios con el producto de vuestra rapacidad y codicia! Mateo 23:25-28

La sociedad en la que vivimos rezuma hipocresía en todos sus estamentos. Los últimos ejemplos de ella han venido de la mano de un gobierno hipócrita y de unos medios de comunicación afines que, además de hipócritas, están vendidos a él. Toda la sociedad es un ente podrido al que, como dice Jardiel Poncela, solo se mantiene porque el hielo de la hipocresía impide que se degrade en su totalidad, pero los miembros del gobierno y los esbirros mediáticos a su servicio, aun bajo el hielo, huelen fétidamente.

Aprovechando la publicación de resultados del tercer trimestre de las empresas energéticas y la banca, los ministros y el presidente han salido en tromba a despotricar contra ellas y contra sus directivos por los beneficios obtenidos y por los dividendos que van a repartir entre sus accionistas para, de esta forma, hacer creer a los ciudadanos que la situación por la que pasamos no es por su pésima gestión, sino derivada de la codicia de esas empresas; al mismo tiempo que pregonan las limosnas que van a dar a los más vulnerables elevando a la categoría de santo de peana y hornacina a Pedro Sánchez nuevo quijote de los pobres, viudas, doncellas y necesitados varios. Al unísono con el gobierno, los medios de comunicación afines a él que son casi la totalidad, en todos y cada uno de los informativos, los programas, las tertulias y magazines se esfuerzan lo que no está escrito en presentar al gobierno como el gobierno de los pobres y al presidente como Diego Corrientes el bandido generoso que robaba a los ricos para dar alguna limosna a los pobres y como el nuevo Robin Hood.

El mantra gubernamental y mediático sobre lo malos, malísimos que son los directivos de esas empresas que tan solo piensan en engordar sus cuentas corrientes con los dividendos a repartir suena en los cuatro puntos cardinales de España, mientras los miembros del gobierno y los que sirven a este mediante la prensa, radio y televisión, callan como putas sobre su participación como accionistas en las malditas empresas del Ibex y los buenos dineros que se embolsan con los dividendos a los que demonizan. No pueden ser más hipócritas, no puede haber más fariseísmo.

Los miembros del gobierno y al frente de los cuales su presidente, los periodistas, tertulianos, presentadores de los informativos y demás especímenes relacionados con la política y el periodismo son el paradigma de la hipocresía, son los nuevos fariseos que se rasgan las vestiduras ante las palabras y los hechos que ellos mismos practican. Estos nuevos fariseos son personas dobles, sus palabras carecen de valor, están espiritualmente muertos y tienen una máscara para cada ocasión; se rasgan las vestiduras con una mano ante los beneficios de las grandes empresas y los dividendos que estas reparten, mientras con la otra mano agarran ávidamente las acciones y los dineros que estas les proporcionan en forma de dividendos. ¡Hipócritas!

MAROGA

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