Si muchos políticos te huelen a ratas, se comportan como ratas, se arrastran como ratas, se parecen a ratas. No te extrañe, es que son ratas.
España y los españoles nos estamos ahogando en un desierto de progreso que nos ha secado las meninges y nos ha disecado el corazón.
Este gobierno social comunista se nos presenta como palomas políticas, como águilas; pero no se engañen por sus hipócritas apariencias; no son ni palomas, ni águilas, son ratas.
España, con este gobierno, está a un paso de derrumbarse. Si sucediera, Dios quiera que no, los españoles, que hemos permanecido ciegos y sordos ante los estragos de este gobierno, comprobaríamos entre los escombros toda la miseria que había dentro y que estábamos conviviendo con ratas políticas, ratas que causan más ruina que las ratas de alcantarilla.
La ley de Bienestar Animal, una ley más salida de las mentes torturadas, rencorosas y frustradas de los políticos de Podemos y apoyada por las mentes torturadas, codiciosas y enfermas de poder de los políticos del PSOE, va a proteger a las ratas. Hasta tal punto las va a proteger que, como se te ocurra echarlas de tu casa porque contaminan, te multaran con una multa superior a la que un violador debería pagar a su víctima. Las ratas, para Podemos y PSOE, son animales vertebrados a los que no se les puede tocar, y esto a pesar de que son unas de las especies que más contaminación y enfermedades causan a nosotros, los pobrecitos y olvidados seres humanos. Yo quiero recordar a Pedro Sánchez e Ione Belarra lo que las ratas, a las que tanto aman, pueden causar a los humanos. Ahí va: La rata común (Rattus Norvegicus) también conocida como rata de alcantarilla es un roedor que suele medir entre 17 y 27 cm. sin contar la cola que llega a alcanzar entre 14 y 23 cm, su peso oscila entre los 200 y 500 gramos; es omnivora y es voraz, sabe nadar y bucear trepando sin ninguna dificultad.
Se adapta a todo tipo de hábitats como edificios, casas, graneros, alcantarillas, granjas, basureros, setos etc.
Hasta aquí nada que llame la atención, hasta que conocemos como afectan a la salud y salubridad de nosotros los humanos. La rata de alcantarilla es reservorio de enfermedades que fácilmente nos transmite como la peste bubónica que no hace necesaria su explicación, todo el mundo la conoce más o menos, la coriomeningitis linfocítica (CML) enfermedad viral que se transmite a través del contacto con roedores causando dolor muscular, fiebre y rigidez en la nuca, entre otros síntomas; toxoplasmosis, producida por alimentos contaminados previamente por la rata y que da como resultado dolor muscular, fiebre y visión borrosa, leptospirosis que nos causa fiebre, dolor de cabeza y conjuntivitis, el Hantavirus o HPS que es una infección viral poco frecuente, pero mortal produciéndonos fiebre, escalofríos, mareos, malestar intestinal y complicaciones respiratorias desembocando en la muerte; el tifus que se manifiesta por manchas y erupciones en la piel que se extienden por todo el cuerpo, fiebre alta y prolongada, cansancio excesivo que, al complicarse pueden dar lugar a alteraciones neuronales, gastrointestinales y renales.
Como vemos este roedor tan simpático es amado y respetado por quienes adoran a los animales más que al hombre, entre los que se encuentran todos los miembros de este gobierno a los que hay que añadir todos los que, por intereses particulares, lo apoyan. Toda esta gente responsable de leyes como la del si es si o la trans, no han pestañeado al dar un paso más en torturar a los ciudadanos con la ley del Bienestar Animal sin importarles nada de nada los perjuicios que pueda causar a los ciudadanos al no poderse defender de esa rata sacralizada a la que, si merodea por tu hogar, no se te ocurra, en defensa de los que lo habitan, tocarle un pelo aunque ella vaya infectando con sus mordiscos a los alimentos, sus piojos, sus excrementos y sus orines todo el entorno y que probablemente cause alguna de las enfermedades arriba reseñadas.
La próxima ley de estas ratas de la política puede ser esa en la que se obligue a las familias a anteponer sus mascotas a sus hijos bajo pena de sanción.
MAROGA