Con tal que hablen de él, aunque mal, su santo y seña
Es el mentir, y lo hace con tanto descaro,
Que no solo con la Oposición anda a la greña,
Sino también con la chusma que le presta amparo
Para que siga en la Moncloa, y que le enseña
Lo dientes, porque podría salirle muy caro,
Si de la Mesa del Diálogo abandonara el tajo,
Porque entonces donde se iría … ¡es al carajo!;
Pero, con tal de seguir con silla, mesa y cama
En la Moncloa un par de años más, recorre
Todos los caminos y atajos que tanta fama
Le han dado y, mientras a cal y canto, su Torre
De Babel levanta, a todo aquel que le difama,
Le espeta en la cara, sin que su chusma lo borre,
Que, si su vida política es una miseria,
Más pronto que tarde acabará en una tragedia;
¡Y el colmo!, porque no quede roto sin puntada,
Con el hilo de un Hermano de san Juan de Dios,
Con rostro compungido, se acerca a la bancada
De la Oposición, y de sus augurios en pos,
Promete el oro y el moro -¡otra putada
Más!,- sustituyendo en sus carteles el S.O.S.,
Por, a bombo y platillos, el plato esta vez
De la abundancia, sin haber pescado el pez,
Y ni siquiera haber puesto un huevo la gallina …
En román paladino: el Sánchez y la ruina
Son sinónimos tanto aquí, … ¡como en la China!.