La Marea de Pérez Henares

El mitin y el panfleto

El mitin y el panfleto son la seña de identidad esencial de la política española. Más allá se encuentra el pensamiento pero ahí solo excepcionalmente intenta ascender algún raro ejemplar de nuestros políticos con resultado generalmente adverso pues rápidamente le es afeada tal conducta por la cúpula pastoril encargada de mantener la disciplina de balidos en el rebaño. ¿Pensar algo? ¡Que barbaridad ! : Aténganse de inmediato a la consigna.
Así que el pienso que comen, el que reparten y del pesebre al que parecen eternamente amorrados es ese mismo y repetido mitin que han dado y hemos aguantado una infinita cantidad de veces, por todos los soportes y bajo los más variados camuflajes.

El panfleto es el mitin en diferente medio de trasmisión. El mitin es en lenguaje oral el sinónimo del panfleto en el lenguaje escrito. Y ambos territorios son, exclusivamente, en el que se sienten cómodos, se mueven a sus anchas y se pelean con entusiasmo los unos contra los otros estos políticos españoles de nuestra desdicha. Hacer otra cosa supondría un esfuerzo inaudito para ellos y una prueba de inteligencia a la que no están dispuestos a presentarse. Hace ya largo tiempo que renunciaron a exponer ante el pueblo una idea o un argumento ,en el supuesto caso, claro está de que hubieran tenido alguna en su vida o que pudieran exponer un razonamiento propio al margen de lo que dicte la guía de campaña.

Pero a este pienso (pasto me parece palabra más fresca y hasta noble) seco y rancio nos hemos acostumbrado todos y de al manera que ya no parecemos siquiera el suponer que hay otro tipo de hierba y otro grano. Nos hemos habituado, y no se si también resignado, a que eso es lo que hay y que nada diferente es siquiera posible. Las fidelidades acríticas, la fe montañosa de carboneros marcados para siempre por el hierro de la sigla, el entregado seguidismo a los “mios” y la furiosa enemiga a los “otros” son consecuencia y causa , pescadilla que lleva lustros mordiéndose la cola de nuestra incultura política y nuestra incapacidad de rebelión ante unas formulas y unas cúpulas políticas muy manifiestamente mejorables.
Reacción si existe, desde luego. Y es creciente. Se traduce por parte de quienes insisten en reflexionar en un hastío cada vez más palpable, en un sentimiento de lejanía de todo ello y de todos ellos. Pero ahí se queda todo. En abstención y abandono. Y eso, aunque clamen lo contrario, les preocupa lo justo a los políticos de mitin y panfleto. A ellos que les llenen la plaza a carretones con la dócil militancia, no se si digna de encomio por su fidelidad a prueba de razones pero desde luego sí de estupefacta alabanza por su entrega, a ellos que les pongan en puesto de salida, a ellos que les mantengan en el cargo. Ellos a lo suyo. Que es cada vez menos lo nuestro.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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