El presidente del Gobierno puede seguir con la pantomima. Va a seguir de hecho. La reunión con Rajoy es una escenificación más de la farsa en la que lleva metido hace dos años. Simplemente no quiere ver la gravedad de la crisis. La negó antes y ahora se niega a afrontarla. El sistema financiero está podrido y se verá claramente en cuanto se quiera poner negro sobre blanco el valor real de los activos inmobiliarios y la imposibilidad de cobro de los 350.000 millones que hay de pelota de los promotores. El déficit público es un disparate, más del 12 por 100 y no hay politica real de rebaja del gasto que pudiera comenzar a resolverlo. De la Reforma Laboral no quiere ni oir hablar porque es prisionero de los sindicatos. Lo de “por consenso» no es otra cosa que seguir no haciendo nada.
El lider de la oposición no tenía más remedio que acudir a la llamada. Hizo bien luego en escenificar que su solución es otra. Pero eso será cuando a el le toque. Porque la pretensión gubernamental, desde siempre, es que sean los demas, cualquiera, los culpable de su ineptitud para gobernar. Y, repetirlo es necesario, quienes gobiernan o debieran gobernar son ellos y nadie más que ellos. Pero como el argumento mejor de campaña ha sido siempre echarle la culpa a otros, y en especial al PP, pues parece que los males de España son culpa de todos los enemigos exteriores, para jamás responsabilidad suya. Este es el disparate.
Lo que habló en Moncloa, en realidad, ya estaba hablado. El rescate de Grecia habia sido ya decidido por la UE y lo de las Cajas estaba más que habado con el presidente de la CECA, Isidoro Fainé.
Zapatero padece un peligroso «síndrome del bunker», con el cual ha superado, para mal y a peor, el famoso síndrome de la Moncloa. Ahora con los datos del INEM sobre el paro y con la posibilidad de que el primer trimestre de un 0,1 de aumento del PIB considerara una vez más que ya escampa. Y no. Hasta los que no sabemos de economia si conocemos ya que apenas significa nada, ni lo primero y apenas lo segundo. Las previsiones son para el año en su conjunto : más paro y más recesión. Y ante ella sigue sin hacerse, en verdad nada. O peor, que lo que se ha hecho, las no se cuantas cientos de medidas que ha tomado y aprobado en el Parlemento han resultado un verdadero fiasco. Porque a la madre del cordero,al mollo esencial de la crisis, este Gobierno no se atreve ni se atreverá a materle mano. Y ya saben su respuesta : que diga la oposición lo que harían ellos. No. Quienes tienen que decir y hacer los deberes son los que gobiernan. O dejar el Gobierno.