Este 16 de septiembre John Müller escribe una columna titulada ‘Estabilidad en las cuentas’ en El Mundo. Así empieza:
Murcia ha recibido la primera sanción por incumplimiento de la estabilidad presupuestaria. La afectada no ha sido la comunidad autónoma -con déficits consuetudinarios-, sino un club de fútbol que ha sido obligado a descender a Segunda B por una sanción de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) motivada por impagos a Hacienda.
Sigue:
En el opaco y financieramente caótico mundo del fútbol empezó hace dos años un proceso inédito. La LFP que preside Javier Tebas decidió ordenar sus cuentas ante unas deudas que superaban los 3.000 millones de euros. Un poderoso estímulo era la certeza de que, con la crisis, la ciudadanía no aceptaría un chantaje de alguien que se parapetara tras el tribalismo futbolero
Continúa:
La LFP creó su propia Ley de Estabilidad Presupuestaria. Pero lo hizo a la manera que lo quería hacer Elena Salgado en 2010 con las comunidades autónomas, no de manera coercitiva sino por la buena voluntad. Afortunadamente Zapatero rectificó.
Finaliza:
La LFP está en una situación crítica. Reina un bipartidismo con dos clubes con presupuestos de unos 600 millones (Real Madrid y Barcelona), mientras el que les sigue apenas reúne 140 millones y después hay varios clubes de 80 millones y muchos de menos. La solución, apuntan los expertos, es la negociación colectiva de los derechos audiovisuales que podría incrementar la tarta y mejorar el reparto. Pero parece inevitable que los clubes hagan un mayor esfuerzo de ahorro y olvidarse de ganar partidos al margen de las reglas.
