Gracias por esos cerca de mil me gusta en mi entrada, todavía aún más efusivas a los casi 800 que la habeis compartido en vuestro muro, sobre las cabalgatas de Reyes. Lo acaecido ayer en Madrid me reafirma. Burdo adoctrinamiento ideológico sin respetar siquiera los sueños infantiles. No es la condición de creyente o no, católico o no, (yo no lo soy) la que marca la diferencia, sino la del sectarismo, la falta de respeto y hasta el odio a las creencias ajenas. De ese costado he recibido algunas embestidas, que se asumen como gustoso pago por decir lo que se piensa y en este caso se siente.
Asi que nada, que ¡Vivan los reyes magos, que es de lo poco en que se puede de verdad creer en la vida!. Lo demás, y luego, es mucho, mucho, más mentira