Ramón Pérez-Maura escribe este 20 de agosto de 2016 una columna en ABC que se titula ‘Un mal acuerdo para España‘, donde defiende que lo que busca Ciudadanos no es precisamente algo positivo para el país sino para su formación–PP y Ciudadanos negocian y comienzan a acorralar al PSOE de Pedro Sánchez–.
Arranca así:
EL acuerdo firmado ayer por Juan Carlos Girauta y Rafael Hernando en nombre de Ciudadanos y el PP es un paso relevante para la formación de un nuevo Gobierno en España.
No hay duda de que Mariano Rajoy está convencido de ello porque sigue dando salida de su Gobierno a ministros a los que no puede reemplazar.
Las seis condiciones exigidas por C´s eran como las lentejas, que o las tomas o las dejas–Santiago González anima al líder de Ciudadanos a ser ambicioso: «Véngase arriba y pida la vicepresidencia del Gobierno»–:
Ciudadanos sentenció -sin margen para la enmienda- que las seis condiciones que había presentado al PP no eran negociables. Lo tomas o lo dejas. Y el PP dobló la cerviz y rubricó el documento a pesar de que abundan las condiciones de imposible cumplimiento y, lo que es peor, si se implementasen, serían pésimas para España.
Pero el columnista del diario de Bieito Rubido observa lo siguiente respecto a la reforma de la ley electoral–Ignacio Camacho: «La sensata colaboración de Albert Rivera no le sirve a Rajoy, la está utilizando para ganar tiempo»–:
Pero lo más preocupante de los seis puntos de Ciudadanos que ha aceptado el PP es la intención de reformar la ley electoral para «incrementar la proporcionalidad».
Porque eso que busca Ciudadanos no lo quiere porque sea bueno para España. Lo quiere única y exclusivamente porque es bueno para Ciudadanos.
Es sabido que Ciudadanos se queja de que el actual sistema electoral perjudica a los partidos pequeños y prima a los grandes. Grave perversión democrática que, no por casualidad, se da exactamente igual en casi todas las democracias occidentales con diferentes sistemas electorales.
Porque, como ya ha sido advertido, las democracias son efectivas en torno a un sistema en el que hay una alternativa que tenga posibilidades de ganar al Gobierno de turno. No cuando las opciones de alternancia están repartidas en varios partidos
Alerta sobre lo siguiente:
Lo que conseguiría la reforma que busca Ciudadanos es que nuestro sistema electoral se parezca al que ha tenido Italia la mayor parte de los últimos setenta años. Un sistema tan catastrófico que acabó engendrando nada menos que a Silvio Berlusconi como alternativa. ¿De verdad quieren eso para España en un tiempo en que los populistas florecen casi sin regarlos?
