Antonio Casado

Soldados de Puigdemont

Soldados de Puigdemont
Antonio Casado. PD

A sabiendas de que todo lo que ocurre en torno al llamado «procès» tiene un punto surrealista, el tiempo del estupor ha dejado paso al tiempo de las apuestas. Nada es descartable en esta deriva absurda del «itinerario» marcado de aquella manera por un independentismo catalán colonizado por la CUP y los «soldados» de Puigdemont.

Lo último es escuchar al tal Pere Soler decir que los españoles le damos pena. Tal cual. Sobrado que va por la vida este necio con rango de director general de los Mossos de Esquadra, la policía autonómica de Cataluña. Lo cual va más allá de la identificación con la causa del soberanismo. Es lo más parecido a un ataque de contrariedad que, por tratarse de un adulto, no acaba de cursar como una pura rabieta infantil.

Pero, en fin, cada uno hace el ridículo como mejor le peta. Por ejemplo, los extravagante dirigentes de la CUP, que trabajan por un independentismo bajo chantaje, han decidido hacerlo por la tosca vinculación con el franquismo de todos aquellos catalanes que se desmarcan del «procès» por higiene mental.

Siempre nos quedará el artículo que este martes publicaba en un periódico de tirada nacional Isabel Coixet, remitiéndose a la obviedad de que sentir pena de los españoles, como le ocurre a Pere Soler, no te da las credenciales para ser un buen catalán.

Y siempre nos quedarán también las sensatas declaraciones de Valentín Anadon, presidente del sindicato policial mayoritario los Mossos de Esquadra. Cuando nos llama a todos la atención sobre el hecho de que se este poniendo el foco político y mediático sobre ellos, cuándo son los gobernantes y las fuerzas políticas las que tienen que hablar. Y, sobre todo, cuando recuerda a la opinión pública que todos los agentes policiales, nacionales, autonómicos o municipales, están mentalmente preparados para cumplir y hacer cumplir la ley.

Y lo malo es que haya tenido necesidad de recordarlo, después de que el consejero de interior de la Generalitat y el director general de los Mossos (Jordi Jané y Albert Batlle, respectivamente) hayan sido destituidos para dar paso a dos personas de confesada adhesión a la causa del independentismo.

Una causa incierta porque da la causalidad de que el Estado ha decidido ejercer su derecho a la legítima defensa frente a quienes quieren reventarlo. Y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha dicho en todos los idiomas, por tierra, mar y aire, que no habrá referéndum porque el Gobierno de la Nación está dispuesto a impedirlo con todas las herramientas legales que el vigente ordenamiento jurídico pone a su disposición.

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