Como almendro en primavera
Quisiera hablar de los Rojos,
Y si les miro a los ojos,
Se me queda la sesera
Hecha un campo de abrojos;
Hablar bien de esta tara
Que nos rodea es para
Que nos huela bien la mierda
Que nos arroja la Izquierda
A mansalva a la cara;
Si en su aspecto vegetal
Vale esta alegoría,
Peor si uno la fía
Al género animal,
Donde ya dan agonía;
Aquí ni siquiera atina
Cualquiera con tanta inquina,
Pues si no nos da la tos
Su mala uva, se nos
Pone la piel de gallina;
Y hablando de hombre a hombre
Y de mujer a mujer,
Su obsesión por joder
La guarra no tiene nombre;
Si nos quieren hacer ver
Sin más que son gente de orden,
Enflaquezcan o engorden,
Que se pongan la camisa
De la verdad, pues da risa
Que con mentiras la borden;
Si en la flora inicio
He dado a este ejercicio
Y con la fauna fornicio,
De los Rojos al oficio
Negarle cualquier resquicio
De hablar bien no es suplicio;
Allí donde haya juicio
Y se apoyen en el quicio
De la verdad, su servicio
Ven… ¡que es virtud, y no vicio!
