La ventana discreta

Paco, Paco, Paco

Paco, Paco, Paco
Che Bergoglio

Era una canción de los años sesenta y creo que la cantaba Encarnita Polo, y al ser mayor, Encarna Polo. Y cuando veo al Papa Francisco, no sé por qué, se me viene el estribillo a la memoria.

Jorge Mario Bergoglio, quién si no, es un argentino de 79 años que practica la verborrea platense. ¡Y de qué forma! En el cónclave de «Habemus Papam» debió aturdir a todos los cardenales incluidas todas las ovejas del rebaño eclesial. Rompió moldes, se abrazó a la chavalería, enarboló la bandera de gays y lesbianas, no porque él tuviera algún desviacionismo, Dios me libre, y, entre otros gestos, desclasificó el aborto «como pecado mortal».

Hombre, uno que es católico, apostólico y romano pero regular cristiano, contempla -en lo que ha sido la batalla electoral municipal y regional- cómo los defensores de la vida han tenido que luchar contra los defensores de la muerte; es decir, esa izquierda casposa que gusta de matar en el bajo vientre.

En sus dos años de pontificado, el Papa Paco ha acaparado portadas y portadas en un populismo si no sospechoso, sí mediático. Pienso que su gobernanza apostólica va aparejada a unos agnósticos catamañanas y catantardes y cantanoches como Podemos y nos Aplaudimos, la claque mejor pagada desde Venezuela y otros regímenes perversos. La era Bergoglio será medida de forma sociológica por la decadente España gracias al zapaterismo, en busca del abuelo perdido. Sin querer, es inevitable la comparación con Benedicto XVI, sobre todo los retro-progres que sólo les faltó escupirle. Hombre, no hay color. A favor del emérito, me refiero. Cuya renuncia me pareció un acto de humildad inmenso. No en balde su máxima era «Concilio y tradición».

Pero a lo que iba. El Papa Francisco se está metiendo en demasiados tinglados, charcos llaman ahora los cursis y modernos. Bueno está lo bueno -es decir, la paz, démonos fraternamente la paz-, pero el mamoneo con la Argentinita, Palestina e Israel, hacer política, y, recientemente, el protagonismo con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, que tiene cara de buena persona, por otro lado, me parece una actitud rayana al egocentrismo. La foto. Sin olvidar su tête a tête con Raúl Castro al rebufo de la apertura de relaciones Cuba-EE. UU. Y hasta el dictador, hermano del gran Fidel, agnóstico, ateo, relativista, ambos los dos, dijo que volvería a la Iglesia para rezar si seguía Paco así, Paco, que mi Paco… No se lo cree Raúl ni él harto de ron.

Juan Pablo II, no tengáis miedo, echó abajo el muro de Berlín tan callando. Era la humildad, la oración, el buen hombre. Y derribó, desde las columnas vaticanas y en silencio, el «Telón de acero». Algo sabría un Papa polaco perseguido por el comunismo. Y únicamente salió dolorido en las fotos cuando le quisieron asesinar. Pero él, Su Santidad, bendito, perdonó a quien le quiso matar. Y se llegó hasta la celda del criminal…

Lamento que Francisco, que está a todas, no venga a Ávila en la conmemoración del 500 aniversario del nacimiento de Santa Teresa.

– ¿Le parece mal…?
Es un feo detalle. No por ser pontífice. Sino porque es argentino, che. Se creen la hostia, oiga.

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