Juega contra Zapater la sensación, entre la ciudadanía, de que no sirve para los momentos difíciles y se esconde cuando llegan los momentos duros
Todas las encuestas apuntan en el mismo sentido. Incluso las que cocinan los expertos nombrados desde la Moncloa o encargan y pagan los medios afines a Zapatero. Si se convocaran elecciones generales ahora, el PP ganaría al PSOE y Mariano Rajoy se convertiría en el nuevo presidente de Gobierno.
Hace una semana, el sondeo del CIS colocaba a Rajoy con 3,3 puntos de ventaja sobre Zapatero de 3,3 puntos. La que publica este domingo el diario El Mundo -«El PP mantiene la ventaja sobre el PSOE a pesar de su crisis interna«-, coloca por delante al líder popular con un 3,2 de ventaja.
La conclusión parece clara: la crisis económica desgasta al PSOE más de lo que las disputas internas lo hacen al PP.
LAS CAMPANAS AL VUELO
El dato, con todo, no debería llevar a los populares a lanzar las campanas al vuelo.
Primero, porque la ventaja, aun cuando empieza a ser clara, no es definitiva. En las pasadas elecciones Zapatero se impuso a Rajoy por un margen mayor (4 puntos) y tiene que gobernar en precario y haciendo equilibrios.
No puede pasar desapercibido, tampoco, que la distancia que se abre entre ambos partidos responde más a la caída del PSOE -que pierde ya 4,5 puntos respecto de las elecciones de 2008- que al crecimiento propio: el PP sólo gana desde entonces 2,7 puntos.
Eso significa que Rajoy no termina de despegar, y percances como el de la corrupción o la división interna no le ayudan precisamente.
LA COSECHA DE UPY DE ROSA DIEZ
Hay otro dato crucial en las encuestas y que revela que el PP no ha sabido generar todavía una alternativa ilusionante, que convenza y arrastre a los ciudadanos.
Eso explica que IU o UPyD se beneficien de buena parte de los apoyos que pierde el PSOE, apoyos que, quizás de otra manera, podrían recalar en el PP. El partido de Rosa Díez, de hecho, duplicaría hoy según el sondeo sus resultados de 2008.
Estamos en mitad de la legislatura y tal como pintan las cosas, es muy improbable que en 2012, cuando haya que ir a las urnas, la situación económica española sea buena, pero Zapatero se agarra a esa ilusión como a un clavo ardiendo.
Es casi seguro que las penurias y paro estarán asolando España cuando los ciudadanos acudan de nuevo a las urnas para elegir presidente de Gobierno, pero confiar en que la crisis derribará por sí sola a Zapatero -como hacen Arriola y otros asesores de Rajoy- es mezquino, corto y tiene un peligroso componente de lotería.
UN LIDER QUE SE ESCONDE
A Zapatero no sólo le pasa factura su errática política económica. Juega ahora en su contra la sensación, entre la ciudadanía, de que no sirve para los momentos difíciles y que se esconde cuando llegan los momentos duros.
Ocurrió con el asesino De Juana Chaos, cuando negociaba a escondidas con ETA, pasó al perfilarse la crisis económica que negó hasta la estulticia y está ocurriendo ahora, con los pescadores secuestrados en el Alakrana, para quienes no ha sido capaz de articular un plan de rescate al margen de pagar y pagar hasta que los piratas se den por satisfechos.
ENCANTO MEDIATICO
No sólo es eso. Ha perdido encanto mediático y casi todo lo hace huele a cuento o propaganda. La encuesta de El Mundo demuestra qué punto su empecinamiento en sacar adelante una nueva ley del aborto disgusta a la sociedad: casi el 60% está en contra.
Lo mismo pasa con el chivatazo a ETA, en el bar Faisán: Una mayoría considera que Interior no ha investigado lo bastante en pos de la verdad.
Zapatero, Blanco, Pérez Rubalcaba y sus aliados en los medios de comunicación confían en que Gürtel y el resto de casos de corrupción que afectan al PP acaben descartándolo como alternativa.
Puede que se equivoquen porque para la mayoría de los españoles la corrupción está instalada en todos los partidos y opera de forma trasversal en toda la geografía nacional. A la gente le indigna que roben y sean tan horteras, pero el efecto electoral de la «mangancia» está ya descontado.