Mucho hablar de recuperación y varios nombres propios como el de Cañete

María Dolores de Cospedal pincha el globo del último rumor y Gallardón da el campanazo

La secretaria general del PP lanza un "ultimátum" para superar las turbulencias internas

No voy a abdicar de cumplir el compromiso que adquirí de regular el derecho del mujer pero también el derecho de los concebidos y no nacidos

«Lo mejor está por venir», «España está de vuelta», «hemos asentado las bases de la recuperación»... Ahí, en el terreno de la recuperación económica, explica A.I. Martín en ‘El Semanal Digital, se movieron este sábado 1 de febrero de 2014, como peces en el agua, ministros y presidentes regionales durante la segunda jornada de la Convención del PP.

Si la inauguración había estado marcada por el llamamiento a la unidad, resumido en una petición póstuma de Manuel Fraga -en la voz de Carlos Argos- a Mariano Rajoy para que preserve la unidad del partido y de España, esta vez la economía fue el centro sobre el que orbitaron todos los discursos.

Desde Luis de Guindos a Carlos Floriano, pasando por una aclamadísima Esperanza Aguirre, José Antonio Monago, José Manuel García Margallo… Todos ellos se sacudieron cualquier atisbo de debate interno -lideresa incluida- y sacaron pecho por haber evitado el descarrilamiento del país y haberlo encauzado de nuevo.

El PP se esmeró por mostrarse a una, actitud escenificada en una comida de hermanamiento que Rajoy mantuvo con la cúpula del partido y los barones regionales. Entre plato y plato, entre habitas y bacalao, los populares charlaron distendidamente sobre lo bien que, a su juicio, está yendo el cónclave. Nada de chicha.

En los pasillos corrió de boca en boca la teoría de que el presidente aprovechará su discurso en la clausura de este domingo para anunciar el candidato a las elecciones europeas. «Lo dudo mucho», zanjó sin embargo María Dolores de Cospedal en una visita a la sala de prensa.

«Os estamos haciendo trabajar mucho».

Precisamente por esas elecciones uno de los más solicitados en los corrillos está siendo Miguel Arias Cañete, que si sabe algo desde luego no suelta prenda.

Ya le pregunten directamente o por su agenda de los próximos meses. Los eurodiputados se dejan ver por los pasillos y los que aspiran a serlo aún más.

Que Rajoy no desvele el cabeza de cartel este domingo alienta, a decir de algunos, la teoría de que va a ser un ministro.

Como ello conllevaría cambios -o cambio en singular- en el Gobierno, no le parecería apropiado anunciarlo en un acto de partido.

La Convención enfila su clausura entre reproches en petit comité -que después cuando alguien le menciona el aplauso es unánime- a José María Aznar por haberles dado plantón; cábalas sobre el futuro del anfitrión, Juan Vicente Herrera -por cuya continuidad más allá de 2015 apuestan cada vez más populares castellanos y leoneses-; pésames a Javier Fernández Lasquetty por su dimisión (aunque en privado no pocos ajenos al PP de Madrid se alegran del rejón al modelo privatizador); y un homenaje a las víctimas de ETA en el que pesaron mucho las ausencias.

Sin olvidar las críticas a Vox por su campaña contra el PP, las preocupaciones electorales y las dudas sobre la reforma de la ley del aborto de Alberto Ruiz Gallardón. Aunque en principio el PP había dejado el polémico asunto fuera de la agenda, el ministro de Justicia dio la sorpresa y se saltó el guión para decirles a sus compañeros:

«No voy a abdicar de cumplir el compromiso que adquirí de regular el derecho del mujer pero también el derecho de los concebidos y no nacidos».

 

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