Si el PSOE falla, el PP baraja elecciones para el 26 de junio

¿Y si el plan de Pedro Sánchez fuera pactar un Gobierno solo con Ciudadanos?

Albert Rivera ha insistido en la idea de priorizar los temas en las negociaciones

¿Y si el plan de Pedro Sánchez fuera pactar un Gobierno solo con Ciudadanos?
Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, candidatos a la presidencia del Gobierno en las duodécimas elecciones de la democracia española. PD

La inadecuada conveniencia de un pacto con Podemos -tesis sustentada por Felipe González y Susana Díaz

Mucho se escribe estos días sobre los posibles pactos a los que puede llegar Pedro Sánchez, no tanto merced a los acuerdos que pueda sellar, como a la suma de abstenciones que al menos en segunda vuelta de investidura pudiera aglutinar.

Este miércoles 3 de febrero de 2016, Ciudadanos sustanciaba la probabilidad de que Sánchez forme Gobierno mientras en Podemos continuaban los recelos, tanto por la inacción de Sánchez como por la composición del equipo negociador del Partido Socialista.

Explica ‘El Economista‘ este 4 de febrero de 2016 que Ciudadanos, entregado en esta fase al trabajo de atornillar acuerdos con el Partido Socialista -en su opinión es a quien le corresponde obtener la investidura, pues el PP ha declinado aprovechar su oportunidad-, no descarta que el Gobierno de Sánchez sea una realidad siempre que se sellen puntos programáticos con vitola constitucionalista y en el acuerdo no estén ni Podemos ni los nacionalistas.

El sostén de la formación naranja y el esfuerzo porque le salgan bien las cosas a Sánchez incluye también para Ciudadanos la participación activa del Partido Popular, hasta el grado de abstenerse en el caso de que, entre los tres, se cierre un planteamiento serio de Gobierno.

Este miércoles, como días atrás, el portavoz de Ciudadanos ha insistido en la idea de priorizar los temas en las negociaciones, antes que las personas, y evitar pactos con los separatistas.

Y si, ante eso, «alguien dice ‘Pongo mi nombre por encima de todo’ -desafiaba Girauta a pocas horas de reunirse con Pedro Sánchez, colocando toda la presión sobre el Partido Popular-, que lo juzgue el pueblo y que lo juzgue la historia».

Del escepticismo de Podemos, al win-win

El entusiasmo de Ciudadanos contrasta con el escepticismo actual de Podemos. En estas semanas, previas a la determinación del Rey, el secretario general del PSOE ha tenido que soportar las presiones internas de una parte de sus barones, el recordatorio permanente de las líneas rojas infranqueables, la inadecuada conveniencia de un pacto con Podemos -tesis sustentada por Felipe González y Susana Díaz – y la recomendación cada vez más compartida entre las filas de los dirigentes socialistas de acercarse a Ciudadanos y encontrar puntos de unión, que al tiempo sean electoralmente bien vistos.

El PP ya ha dicho que nunca dará un sí a Pedro Sánchez pero tampoco se prestará a dar una abstención. Por el momento, en este primer periodo de conversaciones los populares no están dentro del agenda del líder socialista.

Pero en cualquier caso, el escenario más propicio es de una segunda votación de investidura, donde la suma PSOE más Ciudadanos, y la abstención del Partido Popular (se baraja el 4 de marzo) pueden acabar con la situación de bloqueo.

Durante este tiempo, los periodistas de diferentes medios se han echo eco de la cercanía que se está produciendo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Dice que Sánchez ha comentado tener cada vez mayor sintonía con Rivera. Y también hemos podido leer como Rivera reconocía al Rey que compartía con el PSOE la idea reformista de España y la reforma de la Constitución.

Pero si hay una piedra en el camino de la negociación entre Ciudadanos y PSOE, en el caso de la formación naranja, esa es Podemos. Los de Rivera no ocultan que sus programas son antagónicos, que su visión de estado y su manera de comprender España están en las antípodas.

El martes, y antes de que Pedro Sánchez mantuviera el último encuentro con los medios de comunicación, Pablo Iglesias tildaba la actitud de Pedro Sánchez de «hipócrita y ambigua», destacaando que «intenta vender algo que no tiene» a propósito de los votos necesarios para sacar aprobado en la investidura.

El alejamiento, al menos en las formas, entre PSOE y Podemos, no es de unos días. Más allá de la campaña y de aquel ‘Pedro, te estás poniendo nervioso’ de Pablo Iglesias, está la composición de la Mesa del Congreso, en la que Podemos se ha quedado con dos representantes. Luego vino la falta de apoyo del PSOE en la Mesa del Senado y, como colofón, la ubicación de sus parlamentarios en lo que los miembros de esta formación han denominado ‘el gallinero’.

Sánchez, por su parte, ha subrayado los desplantes y desaires de Iglesias.

En este clima de desconfianza, fuentes de Podemos consultadas por EcoDiario.es aseguran no ver «con buenos ojos al equipo negociador del PSOE, más proclive a Ciudadanos».

Nombres como Jordi Sevilla o María Luisa Carcedo escaman entre los podemitas. Además, tampoco entienden que se negocie, al mismo tiempo, básicamente con dos partidos opuestos, equiparando ante los electores de izquierdas a Podemos con Ciudadanos.

La formación morada quiere que el PSOE «se decida y diga con quién quiere pactar», expresaba este miércoles Irene Montero. Errejón, también ha apremiado al PSOE por este motivo:

«O Podemos, o Ciudadanos».

En cualquier caso, Podemos no quiere cuentas con Ciudadanos, mientras cunde el pálpito de nuevas elecciones, hasta el punto de que editoriales de distintos medios remarcan la teoría de la pinza PP-Podemos (especialmente tras las coincidencia de los de Iglesias con los de Rajoy para reducir los tiempos de investidura), por ser las dos fuerzas políticas interesadas, a tenor de lo que van marcando los sondeos.

Claro que en Podemos se maneja la carta o estrategia win-win (ganar-ganar), cuyo objetivo es que cualquiera de las dos opciones -gobernar con el PSOE, o celebrar nuevas elecciones- sean igualmente fructíferas para los intereses de Podemos. Parece, según expertos en demoscópia, que unos nuevos comicios resultarían beneficiosos para estos dos partidos, porque los votos se radicalizarían.

Desde Ciudadanos, recuerda este jueves el diario El Mundo, consideran que en los próximos días se dilucidará «a que juegan PP y Podemos».

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