La tarea de 'vender' los acuerdos y asumir el desgaste recaería en el Gobierno Rajoy
En España ‘no’ puede haber ‘Gran Coalición’. Aunque algunos como el presidente en funciones, Mariano Rajoy, no han dejado de velar por ella, otros máximos valedores suyos en su momento, como el expresidente Felipe González, hace tiempo que admitieron que el modelo que se impone en otros países de Europa no se desarrollaría tan fácilmente aquí (Javier Fernández: «El edificio político del PSOE está muy dañado, pero conservamos el solar»).
Como explica ‘El Economista’m este 18 de octubre de 2016, la tradicional rivalidad entre el PP y el PSOE y el riesgo de que con una operación así ambos partidos acusen en mayor grado del desgaste que ya viene sufriendo el bipartidismo desde hace unos años y que se materializaría en una concesión por entero de la oposición a Podemos hacen que esta pauta que, por ejemplo, lleva años gobernando Alemania, no se lleve a la práctica en nuestro país (Pablo Iglesias usa una foto en sepia de Felipe González para darle un rejonazo a Errejón).
Por contra, según informaciones glosadas por diversos periodistas en los últimos días en El Mundo y Antena 3, podría existir una alternativa, que impulsa con persistencia Albert Rivera desde Ciudadanos y que levanta sarpullido en ciertos sectores socialistas, bastante entregados al podemismo y a las tesis independnetistas. (Iceta y Albiol y Badalona como circo de tres pistas).
Aunque hasta la fecha lo único que parece seguro es la abstención del PSOE -aún no se conoce con qué fórmula y bajo qué criterio del Comité Federal del próximo domingo-, tanto el PP como la nueva dirección socialista saben que no se pueden quedar en la investidura, ya que detrás de ella queda toda una legislatura que echa a andar.
Es por ello que, con visos a tener un pacto estable, pero no dar una imagen de Gran Coalición al uso, con un Gobierno mixto formado por ministros de uno y otro partido, se ha ideado una especie de coalición ‘en la sombra’ mediante la que ambos partidos llegarían a acuerdos legislativos o de gobernalidad sin una exteriorización conjunta, dejando la tarea de explicar y ‘vender’ esos pactos al Gobierno de Rajoy.
Desde el nuevo grupo dirigente socialista, encabezado por el asturiano Javier Fernández y por la andaluza Susana Díaz a través de algunos de sus colaboradores más cercanos, no descartan que esta posibilidad permita que la legislatura comience su camino y el tiempo puede pasar así hasta que el PSOE se reordene interna y orgánicamente en torno a Díaz, momento en el que podría llegar una repentina ofensiva de desgaste contra su ‘socio fantasma’.
Por el momento, sólo se trata de hipótesis de trabajo ante el reconocido trauma de la abstención socialista que se tendrá que dar antes de que acabe el mes, ya que, se produzca ésta como se produzca, sólo ahondará más en la fractura interna que vive el partido y que le hace elegir o entre dejar gobernar a Rajoy o someterse a unas terceras elecciones de alto riesgo.