LA SEGUNDA DOSIS

Santiago Abascal: «Lo de Ceuta es sólo un ensayo para el futuro pacto PP-PSOE»

No está afectado en absoluto Santiago Abascal. Ni siquiera enfadado.

Lo que si deja caer, es que el tancredismo del PP en Ceuta, facilitando que el PSOE y sus turbios aliados locales le declararán ‘persona non grata‘, huele a ‘ensayo‘ de un futuro pacto PP-PSOE, tras la próximas generales, en las que todo indica y no sólo los sondeos, que el centroderecha español se alzará con la mayoría absoluta.

Me dice, sin alterar el gesto, que no le ha llamado ni un solo dirigente popular y eso no es irrelevante.

El error, la pifia, la torpeza del PP, al avalar con su abstención que la izquierda y los musulmanes de la Asamblea de Ceuta lograran su propósito de estigmatizar con la etiqueta de ‘non grato’ al presidente de VOX, son de aurora boreal.

De hoz y coz se metieron los populares en la estrategia del socialcomunismo y eso pone en evidencia que son más pardillos de lo que parecen o que siguen tan acomplejados como antaño, aceptando sumisos la supuesta superioridad moral de la izquierda.

Desde el pasado viernes, ha opinado sobre el espinoso asunto bastante gente en el PP y de forma diversa, pero la ciudadanía, el electorado, la gente, sigue esperando que se pronuncie Pablo Casado.

No ha hablado tampoco Isabel Díaz Ayuso, porque todavía nadie le ha preguntado o por prudencia, aunque muchos imaginan que su opinión estará más cerca de la de Cayetana Alvarez de Toledo, quien ha calificado la jugada de «disparate estratégico«, que de la de Juan Jesús Vivas, presidente de la ciudad autónoma con los votos de socialistas y compinches, que se ha reafirmado en la abstención anti-Abascal y ahora dice que la decisión fue suya y no de la Dirección Nacional.

A propósito de esa abstención, el presidente de VOX la ha calificado de ‘cooperación necesaria’.

Salta a la vista que la desdichada abstención ha abierto una brecha en el Partido Popular, desde la cumbre a la base, y que los de la sede de la calle Génova se han metido en un jardín innecesario. Han picado en la trampa de la izquierda.

Si es verdad que el presidente de Ceuta tomó la decisión sin contar con la dirección del PP, los Casado, Teodoro y compañías sólo tienen dos opciones.

Una es avalar a Vivas. Otra es desautorizar a Vivas.

Lo que no pueden hacer, en ningún caso, es ponerse de canto.

Si la abstención fue un error, no enmendarlo lo hace todavía mayor.

Manda huevos que en estos momentos, cuando las encuestas confirman que el viento sopla a favor y que los días en La Moncloa del socialista Sánchez parecen contados, el PP otorgue al PSOE y sus colegas una baza como esta.

Ni el que asó la manteca.

ALFONSO ROJO

 

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