Zapatero vuelve a la escena política
Sánchez, a causa de su inocultable narcisismo, de su descaro al mentir, como si los ciudadanos fueran tontos, y de su infantil afán de protagonismo, cae mal. En cambio, Zapatero, una inutilidad también, lleno de odio y de deseos de hacer mal, no hay más que ver con quienes se junta, cayó bien durante mucho tiempo. Fue así, porque igual que ocurrió con Iglesias, gran parte de la izquierda le atribuyó unas virtudes que está muy lejos de poseer. El podemita, con su torpeza, se bastó y sobró para ir desengañando a sus votantes. Todavía no se ha dado cuenta ...