La consejera portavoz del Gobierno regional, la socialista Isabel Rodríguez, se ha ido de campaña electoral. Describe la imagen de una región idílica construida por Barreda y enumera importantes inversiones de discutible efectividad como si hubiesen sido aportadas por su partido o por el bolsillo de alguien que no fuesen los ciudadanos.
El PSOE acaba de abrir la campaña electoral en la localidad de Puertollano (Ciudad Real) con la consejera portavoz en un acto de partido en el que participó en día laborable presumiblemente porque estaba de vacaciones, en caso contrario debería explicar por qué dedica el tiempo que le pagan los ciudadanos a actividades de su formación política. Con ella estaba el alcalde, Joaquín Hermoso y el senador Hilario Caballero.
La campaña se llama «Sí a Castilla-La Mancha», que se encuadra en un plan propagandístico de carácter positivo que ya conocimos con el «Sí al Tajo» con el que el PSOE mostró su política trasvasista favorable a enviar agua del Tajo al Guadiana pero no al Levante.
La consejera explica en sus intervenciones las fuertes inversiones de la Junta en servicios que funcionan de forma irregular. Por ejemplo la Sanidad, donde existen graves carencias de médicos especialistas y las listas de espera siguen engrosando mientras no se cubren las vacantes por vacaciones y se cierran plantas de hospitales.
Para Isabel Rodríguez, lo que necesita Castilla-La Mancha es gente que «diga sí a nuestra tierra porque es lo que nos hace avanzar», pese a que los datos de paro, de producción industrial, de nivel salarial y de vida no se conmuevan con tanto positivismo y sigan a la cola entre las regiones españolas.
Naturalmente, esta campaña tiene por finalidad rehabilitar la debilitada imagen de José María Barreda, tocado por su deplorable actuación en asusnto sde tanta trascendencia como el aeropuerto de Ciudad Real, CCM, incendio de Guadalajara y el creciente desempleo.
El PSOE recorrerá hasta el 30 de agosto las 18 poblaciones más importantes de la región con esta campaña en la que muestra su «orgullo» por los avances conseguidos, que después de casi 30 años de brillante gestión siguen manteniendo a la comunidad en la cola de bienestar del ranking nacional.
