«En este momento votaría que sí». Así responde Jordi Pujol, ex presidente de la Generalidad de Cataluña durante 23 años y español del año para Abc cuando CiU pactaba con el PP, a la pregunta sobre la secesión de Cataluña. Pujol deja el nacionalismo para abrazar el independentismo.
Ya no quedan dudas, en una entrevista publicada este martes –28 de febrero de 2012– en El Periódico —Jordi Pujol: «Votaría ‘sí’ en un referendo sobre la independencia»–, Pujol se muestra partidario de la secesión de Cataluña:
«En este momento votaría que sí, por una razón muy sencilla: yo nunca he ido en esta línea y creo que habría la posibilidad de seguir buscando una línea más armónica, pero mientras lo que sobresalga sea una actitud que nos lleva al ahogo de Catalunya, pues sí votaría a favor».
En este sentido, el mensaje actual de CiU de amenzar con un intento de secesión para conseguir el concierto económico –que haría inviable económicamente el Estado– está totalmente interiorizado por el ex presidente autonómico:
«Cuando se habla de independencia se dice que es imposible. En todo caso, es muy dificil, pero no imposible. No es verdad que no sea viable económicamente. La gran dificultad no es económica, es política. Es de España. Y Europa también lo ve con reservas. Será necesaria una mayoría social clara, es dificil la independencia por un 50,01%. Pero también será muy difícil que con la situación política y financiera que después de la sentencia del Estatut se nos quiere imponer, Catalunya sea viable como la sociedad que desde todo el siglo XX pretendemos ser».
Pujol, que llegó a ser considerado uno de los políticos de Estado más importantes, deja caer el prestigio que le quedaba con declaraciones como los de la independencia de Cataluña.
PACTOS POR «NECESIDAD» NO POR ESTADISTA
Además, el ex líder de CiU, que fue sucedido por Artur Mas, actual presidente de la Generalidad, asegura que en ocasiones, los acuerdos de los nacionalistas con el PP o el PSOE no se hicieron por visión de Estado sino que por pura «necesidad» para los nacionalistas.
Así ocurrió en el año 2000, con mayoría absoluta del PP en el Congreso y con mayoría simple de CiU en el Parlament. Lo mismo que ocurre hoy, en 2012 —Pujol en Vanity Fair: elogia a Rajoy pero no se fía de él–.
Sin embargo, sí reconoce que –gracias a un sistema electoral proporcional que bonifica a los partidos que concentran votos en pocas circunscripciones– CiU tuvo «la sartén por el mango» entre 1996 y 2000 y entre 1993 y 1995, con PP y PSOE, respectivamente.
MÁS CERCA DE ERC
Por otro lado, Pujol se muestra partidario de que Mas llegue a acuerdos con ERC, a los que él no llegó, y se arrepiente de esto. No se fiaba de ERC:
«Con ellos nunca podías estar seguro de lo que iban a hacer. Ahora me fío más que antes. La experiencia del tripartito para ellos es positiva por la lección que están sacando. No sé qué posibilidades habrá ahora de acuerdo con Esquerra. Espero que haya más que antes».
Pujol ha ido radicalizando su discurso desde que dejó el Palacio de la Generalidad de la Plaza de San Jaime de Barcelona, en 2003 —Jordi Pujol admite que su giro soberanista constituye un «fracaso personal»–. Y en sus intervenciones, entrevistas o escritos ya solo se dirige a una parte de la población de Cataluña que está convencida de su mensaje.