«Como los obreros del siglo XIX, los periodistas han de aprender a sobrevivir». Las cosas están cambiando en el sector del periodismo a un ritmo vertiginoso y en solo cuatro años se ha pasado de descubrir internet a utilizar Twitter como una herramienta imprescindible para el periodista. No digamos si se compara el día a día del periodista actual con el de hace 30 ó 50 años.
Lluís Foix, ex director de La Vanguardia y corresponsal de este diario en Londres y Washington a finales de los 70 e inicios de los 80, ha valorado la situación actual del periodismo y la importancia de las herramientas que, gracias a internet, disponen los periodistas.
«Internet ha cambiado la forma de trabajar pero no el periodismo. Gracias a Twitter, por ejemplo, tengo la sensación de que hay más penetración en la gente por herramientas como esta que por mis artículos de La Vanguardia«, ha señalado Foix. Se refiere, claro, al feedback con el lector.
«EL FUTURO DEL PERIODISTA ES UNA MARCA»
El veterano periodista ha compartido mesa, este lunes 25 de junio de 2012, junto a David Guerrero (cadena Ser) y Jordi Pérez Colomé (Obamaworld.es), en la presentación del libro de Silvia Cobo, Internet para periodistas. Kit de supervivencia para la era digital (Ediciones UOC).
Para Foix, «el futuro del periodista es una marca» que le acompañará, sobre todo, por los años y experiencia que este periodista, o marca, pueda aportar con su información. Es lo que Cobo explica en el libro como «marca personal».
Para el periodista ilerdense, ya retirado del trabajo diario en la redacción pero con columna en el diario del Grupo Godó, «los periodistas han de ser ellos mismos, no pueden ser tramposos». Foix ha trabajado toda su vida en La Vanguardia, algo que –lo de pasar toda la carrera en el mismo medio– ya es prácticamente imposible.
Y pese a que las condiciones de trabajo han empeorado, el ex director de La Vanguardia ha dejado claro que:
«El periodismo no ha cambiado tanto [de cuando él se estrenó]. Para mí, el periodismo es saber historia, viajar, saber filosofía, haber leído ensayo y saber sintetizarlo. En este sentido, no ha cambiado tanto. Un periodista ha de saber inglés y tener cultura. El periodismo ha de explicar lo que pasa y dar su opinión».
MIEDO AL ANONIMATO
Pero elogia internet sin tapujos, aunque lo haga con matices: «Las ventajas son superiores a los inconvenientes, pero estos existen». Foix se refiere, sobre todo, al anonimato. «El anonimato es muy peligroso y nos lleva al populismo. Y este al fascismo».
Foix advierte, además, de no caer en la trampa de la cantidad en Twitter o Facebook. «No hay que confundir el número de seguidores en internet con la influencia que se tiene». El ejemplo claro, el de los famosos de la farándula o los deportistas.
En esta línea se ha expresado Cobo, que ha escrito este libro tanto para los periodistas con experiencia como para los recién llegados. «A veces, los periodistas especializados estamos en un punto demasiado elevado y hay que explicarlo todo para no dejar a nadie fuera», ha indicado.
La periodista y analista de medios ha recordado que, pese a ser muy fan de Twitter y las redes sociales, es importante que los usuarios sepan que estas herramientas «no son un referéndum» ni miden la realidad.
Finalmente, un visionario. Foix ha explicado que, en su momento, reunió a toda la cúpula de La Vanguardia, familia Godó incluida, para que Vicenç Partal explicara hace ya varios lustros qué era eso de internet, cuando todavía sonaba lejos. Godó se le acercó y le dijo: «Foix, a esto no le veo mucho futuro».